Sharon Stone, una diva eterna
En un repaso histórico por los ciclos, personajes y figuras que marcaron un momento de la farándula internacional, diario Hoy recuerda la carrera de la blonda y su trabajo en Bajos instintos.
Bella, elegante y sensual, Sharon Stone supo conquistar el corazón de los espectadores del séptimo arte como también provocar sensaciones gracias al erotismo demostrado en Bajos instintos, entre otros. Este éxito se convirtió en un hito que pasó a ser un clásico del cine de los años noventa. La entrega la envió al lugar número uno, valiéndole popularidad y renombre para dejar atrás sus roles pequeños o fuera de éxitos.
En sus inicios, Sharon empezó como modelo debido a sus cualidades físicas de gran estatura, rubia y de ojos azules. Ni bien quiso comenzar a ser una estrella en las pasarelas pudo alcanzarlo porque fue empelada por la agencia estadounidense Ford. Poco a poco empezó a incursionar en la actuación pero sus roles no llegaban a atrapar al público ni a la crítica, que no lograba separar su pasado como modelo. Para ese entonces, los filmes por los que había pasado eran Recuerdos, Irreconciliables diferencias, Casino y El vengador del futuro.
El éxito arrollador llega con Bajos instintos que sería un antes y un después en su carrera. Sin embargo, para ese entonces, la igualdad de género aún no estaba en los hechos y es por ello que ella cobró medio millón de dólares por su trabajo mientras que Michael Douglas, su coprotagonista, se llevó doce millones. A mediados de los años noventa, la mujer expresó en un medio de alcance internacional: “Durante mucho tiempo, la gente no sabía qué hacer conmigo. Parecía una Barbie, hablaba como un tabernero, decía cosas que asustaban a la gente y tenía ideas sin sentido”. Luego de sus mayores éxitos, se sucedieron otros filmes de menor trascendencia como Silver, Entre dos amores, Diabolique, Rápida y mortal.
El amor en tiempos de éxitos
Los amores siempre fueron tema para la prensa en relación a la vida de la actriz. De esta manera se supo que salió con muchos poderosos. A finales de los 90 se casó con el editor Phil Bronstein y adoptaron a un niño llamado Roan. Sin embargo, las circunstancias no fueron felices, en el momento en que los tortolitos quisieron convertirse en padres. Pese a enfrentar numerosos tratamientos, los embarazos no pudieron llegar a término y perdieron nueve gestaciones. En este sentido, y atravesando un panorama poco común, las asperezas llegaron para quedarse y el matrimonio llegó a su fin. Asimismo, la tenencia del niño fue muy conflictiva y fue a parar con su papá. Sharon aceptó lo que sucedía y sufrió un derrame cerebral por el que tardó siete años en recuperarse.
Sin trabajo y con un tratamiento médico a cuestas, la mujer fue contratada por el empresario millonario Bernard Arnault que la quiso para ser la cara de la nueva campaña de Dior. Resiliente y con una fuerza poderosa, la mujer rehízo su vida y agrandó la familia con la llegada de dos niños más. Por otro lado, retomó su carrera y así fue que participó en los filmes Lovelace y The disaster artista como también en televisión para los proyectos Agent X , Ratched y Mosaic.
En el presente, la mujer habita una casona en Beverly Hills donde comparte sus días junto a sus tres hijos. Hasta el momento no se le conoce ninguna nueva pareja y suele mostrar sus momentos más íntimos a través de publicaciones en las redes sociales. Lejos de mantenerse quieta, la mujer suele aprovechar su tiempo libre cuando los niños están ocupados en sus labores cotidianas, para entrenar y practicar natación. Además lleva a cabo una dieta equilibrada con un desayuno de frutas y duerme ocho horas diarias.
Una película para siempre
Una película con escena memorable se vuelve eterna. Eso sucedió con la mentada Bajos instintos en su primera entrega, puesto que la segunda no tuvo un momento resonante. Además, Sharon Stone no era de las candidatas principales, por el contrario el director de la película, Verhoeven, tenía en cuenta a otras actrices de renombre, tales como Julia Roberts, Michelle Pfeiffer, Kim Basinger, Meg Ryan, Geena Davis, y Demi Moore. Todas ellas se negaron a formar parte de un desafío de tales características.
Bajo los protagónicos de Sharon Stone y Michael Douglas, la película narra la historia de una chica muy sensual que es acusada de haber asesinado a su entonces pareja. En un momento dado del desenlace, la mujer es interrogada en una seccional y allí ocurre una situación que aún perdura en la memoria colectiva.
Sucede que la rubia debilidad está sentada frente a cinco oficiales que desean descubrir qué pasó con la estrella de rock que fue encontrada sin vida. Con movimientos seguros, ella logra desarmar a los voraces policías que no pueden ser implacables. Por el contrario, van cayendo uno tras a otro, aún más cuando la acusada cruza sus piernas y deja ver que debajo de la falda no hay nada.
La polémica iniciaría una vez que la película estaba terminada. Sucede que Sharon y el director habrían acordado que la escena de la entrepierna fuera filmada de ese modo.
Al finalizar el rodaje ambos vieron el video, pero todo estalló cuando llegó el momento de la transmisión en pantallas grandes.
Allí la mujer pidió que se recortara todo porque alegó que nunca vio esa parte, el pedido le fue denegado y se mostró muy disconforme. Sin embargo, esas imágenes cambiaron su carrera y la convirtieron en una estrella de primer nivel.
Una dupla erótica que traspasó la pantalla
Al momento de iniciar el proyecto Bajos instintos, fueron contratados dos actores de renombre que ya habían participado en filmes con un costado erótico. De esta manera, al conocerse no tuvieron la mejor complicidad ni una relación cercana que fuera empática ante la cámara.
Por el contrario se mostraron incómodos y tensos lo que igual sirvió para este éxito que se convirtió en un clásico. En estos inicios, Sharon no lograba ponerse en personaje y Michael quería que se contratara a otra actriz. Lo positivo es que ninguno de los dos se mostraba pudoroso ante las cámaras ni quería usar ropa para cuidar su desnudez. Así se convirtieron en los protagonistas de la película más taquillera del año.
Osados y proaces
La dupla compuesta por de Michael Douglas y Sharon Stone fue explosiva y se vislumbró que tenían mucha piel en las escenas eróticas y sexuales que juntos grabaron para la pelicula Bajos instintos. Es más, el actor al terminar el proyecto inició un tratamiento para enfrentar su adicción al sexo.
Por su parte, Sharon no solo conmocionó por la excelsa interpretación realizada sino que también pudo transitar un drama familiar y allí canalizó toda la energía. Sucede que fue abusada por su abuelo hasta que tuvo catorce años. La situación solo finalizó cuando el hombre falleció.
En el momento del filme, la mujer declaró que este proyecto la ayudó a poder salir adelante: “Filmar esa película me ayudó en lo personal a ser menos débil y a estar menos disponible para que me comieran cruda”.
Durante el rodaje y debido a las altas exposiciones, la mujer solía tener ataques de pánico y debía ser asistida con una máscara de oxígeno.
Al momento de su estreno, el filme recaudó 352 millones de dólares alrededor de todo el globo terráqueo.