Una diva que cruzó fronteras

En un repaso histórico por los ciclos, personajes y figuras que marcaron un momento de la TV argentina, diario Hoy recuerda a la vedette Dana Fleyser.

Nacida en Caseros, Dana Fleyser fue descubierta por Enrique Pinti e invitada por la puerta grande al show Caravana. Tiempo después, la mujer, gracias a su carisma y a su silueta, se convertía en la vedette del momento.

Por aquel entonces, los contenidos en las pantallas y sobre las tablas permitían chistes subidos de tono, escotes profundos, polleras minifaldas y guiones sexistas. Es decir, propuestas que hoy en día resultarían imposibles.

El escritor Hugo Sofovich puso manos a la obra para preparar Rompeportones, un ciclo de humor recordado hasta la actualidad por los pasos de comedia, los desnudos cuidados y la participación de Jorge Martínez, Miguel del Sel, Ana Acosta y Yanina Zilli, entre otros.

Mientras el éxito en la pantalla crecía sin cesar, Fleyser también probaba suerte en publicidades, realizaba sesiones fotográficas para las tapas de producciones gráficas nacionales más importantes y también era la invitada estelar en los programas del momento.

Asimismo, desfilaba y trabajaba como primera vedette en las temporadas teatrales de las plazas turísticas más importantes en los años 90.

Muchos hombres famosos intentaron seducirla, pero la también actriz, al ser consultada sobre este tema, siempre prefirió el hermetismo y no dio explicación alguna sobre su intimidad. Es decir, su vida privada se resguardó bajo siete llaves.

Como no todo lo que brilla es oro, el contexto socioeconómico a fines de los años 90 trajo una ardua crisis que desató la renuncia de presidentes, la caída de la moneda nacional, piquetes, reclamos y un país prendido fuego.

En este sentido, la rubia decidió abandonar la tierra de sus amores para ir a probar suerte en Estados Unidos y así alcanzar una estabilidad mejor para su existencia.

Ni bien llegó con las valijas al hombro, se instaló en Malibú y comenzó a trabajar como modelo publicitaria, sin saber que encontraría el amor en un fotógrafo norteamericano llamado Jerry. Allí disfrutaron de un noviazgo breve y, tras comenzar una relación formal con convivencia incluida, pasaron por el altar en la ciudad de Las Vegas.

En el presente, el feliz matrimonio festeja sus dos décadas en común, compartiendo el amor, la pasión por el arte, el turismo aventura, la protección de los animales y han fundado una empresa de eventos.

La vida actual

Con una raíz fuerte en la pasión por la Argentina, Dana no olvida sus tierras y es por ello que comparte el cotidiano y el detrás de escena de sus días a través de las redes sociales. Allí puede verse cómo disfruta de la casa, el cuidado de la naturaleza y el amor por los animales, en especial por sus mascotas, que son dos perros que forman parte de la familia.

También mantiene una vida saludable, respetando las dietas y entrenando como siempre. Así también da cuenta de sus curvas eternas, que continúan despertando los suspiros de todos sus seguidores en el universo digital.

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