CIENCIA

Descubrieron una vieja fortaleza en Irak

La construcción podría formar parte de la ciudad perdida de Natounia, una urbe fundamental del imperio parto.

Un grupo de arqueólogos de la Universidad de Heidelberg, Alemania, logró descubrir los restos de una vieja fortaleza que pertenecerían a la ciudad perdida de Natounia, en Irak, llamada Rabana-Merquly. El suceso, confirmado en las últimas horas, ya fue publicado en distintos espacios científicos y los integrantes del equipo aseguraron que estos vestigios podrían formar parte de una urbe clave en el imperio parto, que supo dominar Asia Central y la Mesopotamia entre el 247 a. C. y el 224 d. C, siendo fundamental para el desarrollo de lo que hoy se conoce como Eurasia.

La fortaleza de Rabana-Merquly está ubicada en los flancos suroccidentales del monte Piramagrun, cerca del pueblo de Qarachatan en las montañas Zagros en el Kurdistán iraquí. “A pesar de la impresionante escala de la construcción, la ocupación de Rabana-Merquly en la era de los partos parece haber sido relativamente efímera. La fase arquitectónica principal está fecha­da tentativamente en el siglo I a. C., y partes del complejo muestran evidencia de reocupación durante la época sasánida, islámica y moder­na”, destaca el documento. Todo parece indicar que este espacio era utilizado primordialmente para gestiones diplomáticas, reuniones políticas y encuentros comerciales y militares.

La información general sobre esta región montañosa se pudo ­obtener en su momento gracias a fuentes grecorromanas que describen tribus como los carduchianos o los ­cosseans. Según remarcaron los especialistas, estos pueblos se caracterizaban típicamente en los textos antiguos como guerreros y, quizás de manera más informativa, por su autonomía de los reyes persas. Esta relación parece haber tomado la forma de lealtad negociada, mantenida a través del intercambio de obsequios recíprocos, e involucró el apoyo militar de los gobernantes locales a cambio de derechos impositivos sobre aquellos que cruzaran su territorio. Las fortificaciones de esta fortaleza descubierta pueden verse como una extensión de la capacidad defensiva natural del paisaje montañoso circundante.

Los científicos también destacaron que la mayor parte de la arquitectura es de una sola fase, prácticamente sin la existencia de reconstrucciones. “Una característica definitoria de Rabana-Merquly son los dos relieves rocosos tallados en la pared del acantilado adyacentes y plausiblemente asociados con dos entradas cerradas, que representan a un gobernante anónimo con un atuendo ornamentado. Si bien la identidad de este individuo es materia de conjeturas, Rabana-Merquly habría estado cerca de la frontera sureste del reino vasallo de Adiabene, dentro del dominio del imperio parto (o arsácida)”, agrega el informe.

La asociación más específica de la fortaleza con la ciudad de Natounia proviene de inscripciones presentes en las monedas descubiertas, ya que previo a este hallazgo las únicas pruebas de la existencia de esta región se documentaron en varias monedas que datan del siglo I a. C, siendo exactamente iguales.

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