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El James Webb detecta pequeños gigantes en el pasado profundo

Este inesperado hallazgo puede cambiar la forma en que entendemos la génesis de los agujeros negros supermasivos.

Un montón de pequeños puntos rojos débiles localizados por el telescopio espacial James Webb en el universo distante corresponde a agujeros negros supermasivos. Este inesperado hallazgo puede cambiar la forma en que entendemos la génesis de los agujeros negros supermasivos, según Jorryt Matthee, profesor asistente de Astrofísica en el Instituto de Ciencia y Tecnología de Austria (ISTA) y autor principal de la investigación que logró el descubrimiento, el cual se publicó en The Astrophysical Journal. Estos objetos eran indistinguibles de las galaxias normales a través de los “ojos” del antiguo telescopio espacial Hubble.

“Los hallazgos actuales podrían acercarnos un paso más a la respuesta a uno de los mayores dilemas de la astronomía: según los modelos actuales, algunos agujeros negros supermasivos en el universo primitivo simplemente han crecido demasiado rápido. Entonces, ¿cómo se formaron?”, dice Matthee en un comunicado. Los científicos habían considerado durante mucho tiempo los agujeros negros una curiosidad matemática, hasta que su existencia se hizo cada vez más evidente. Estos extraños pozos cósmicos sin fondo podrían tener masas tan compactas y gravedades tan fuertes que nada puede escapar a su fuerza de atracción; aspiran cualquier cosa, incluido el polvo cósmico, los planetas y las estrellas, y deforman el espacio y el tiempo a su alrededor de tal manera que ni siquiera la luz puede escapar.

La teoría general de la relatividad, publicada por Albert Einstein hace más de un siglo, predijo que los agujeros negros podrían tener cualquier masa. Algunos de los agujeros negros más intrigantes son los agujeros negros supermasivos (SMBH), que podrían alcanzar de millones a miles de millones de veces la masa del sol. Los astrofísicos coinciden en que hay un SMBH en el centro de casi todas las galaxias grandes. Ahora, Matthee y sus colegas identifican una población de objetos que aparecen como pequeños puntos rojos en las imágenes JWST. “Estudiar con más detalle las versiones infantiles de los SMBH excesivamente masivos nos permitirá comprender mejor cómo llegan a existir los cuásares problemáticos”, explicó.

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