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Estela de Carlotto, una Abuela detective que vive en La Plata

Su nombre es uno de los emblemas de la lucha por los derechos humanos. Sigue entregando su vida a la lucha por la justicia y la recuperación de los nietos arrancados de sus familias.

Laura es una película dirigida por Otto Preminger y protagonizada por Gene Tierney y Dana Andrews que se estrenó a comienzos de 1944. Es la historia del detective Mark McPherson, que investiga el asesinato de Laura Hunt, una bella y seductora mujer que ha aparecido muerta en su departamento. La película, de tono lúgubre y romántico, fue un éxito de taquilla mundial. A la salida de un cine de Buenos Aires, mientras los espectadores se retiraban lentamente, una pareja de adolescentes aún eufóricos por lo que habían visto quedó especialmente embelesada con la protagonista. A tal punto que acordaron que a su primera hija la llamarían Laura.

Por entonces, Estela Barnes tenía 15 años y se había criado en el seno de una familia de clase media, asentada cerca del barrio de Flores. Tras cumplir 10, como consecuencia del trabajo de su padre, que era jefe de correos, la familia se radicó en La Plata. En varias entrevistas, Estela detalló que su infancia fue bastante feliz. Era una alumna brillante y, aunque la tradición machista no le permitió nunca ser abanderada, sus compañeros la reconocían como tal. Eventualmente, su camino continuaría ligado al ámbito escolar y ejercería durante 28 años la docencia.

Con su pañuelo blanco como emblema, Estela se sumó a la lucha de aquellas mujeres  que reclamaban “aparición con vida” de sus hijos y nietos desaparecidos

Tan perdurable como la pasión por la enseñanza sería su amor a Guido Carlotto, con quien se casaría después de un largo noviazgo. Tuvieron cuatro hijos, la primera fue Laura, nacida el 21 de febrero de 1955. En ese año, un golpe de Estado derrocó al gobierno de Juan Domingo Perón. A partir de esa derrota, el peronismo iniciaría una experiencia radicalmente nueva, con su líder exiliado, convertido en palabra impronunciable, y la clase trabajadora poniendo en marcha la gesta que se conoció como “la resistencia peronista”.

Cuenta la periodista María Eugenia Ludueña que, a pesar de que Laura asistía a la Escuela Normal Mary Graham, una institución muy tradicional y elitista de la capital bonaerense, había una preocupación muy grande en ella como en tantos estudiantes por empaparse del tiempo histórico que les tocó vivir, de poner el cuerpo, algunos en la fábrica y otros en las universidades. Laura estudió Historia en la Universidad Nacional de La Plata.

Un año y medio después del golpe de Estado encabezado por la Junta Militar, el 26 de noviembre de 1977, Laura fue secuestrada por un grupo de tareas cuando estaba embarazada. Estuvo prisionera en La Cacha, un campo de concentración contiguo al penal de Olmos. A partir de ese día, la vida de Estela cambiaría para siempre: se dedicaría incansablemente a la búsqueda de su nieto, nacido en cautiverio. Ese rostro que volvía en la quieta soledad de la noche no tenía solo la fuerza de un recuerdo, sino también la exigencia de una lucha.

Finalmente, el 5 de agosto de 2014 llegó la máxima recompensa de toda su heroicidad: ese día, Estela, que ya se había convertido en la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, supo que su nieto había aparecido. El pequeño hijo de Laura era ya un adulto de 36 años, llamado Ignacio Hurban, quien hoy se dedica a la música, como modo de restañar las heridas y seguir soñando los sueños de su madre.

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