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La NASA detecta la primera evidencia de rayos en Marte
El róver Perseverance registró señales acústicas y electromagnéticas de pequeñas descargas eléctricas durante fuertes tormentas de polvo.
El róver Perseverance de la NASA obtuvo la primera evidencia directa de actividad eléctrica en la atmósfera de Marte registrando descargas asociadas a torbellinos de polvo que ocurren con frecuencia la superficie del planeta rojo.
El descubrimiento fue posible gracias al micrófono del instrumento SuperCam, a bordo del rover, que captó señales intensas justo en medio de remolinos de polvo.
Al analizar las grabaciones, los investigadores identificaron señales electromagnéticas y acústicas compatibles con pequeñas descargas eléctricas, equivalentes en la Tierra a esos “chispazos” de electricidad estática que ocurren al tocar una perilla metálica tras caminar sobre una alfombra.
Cabe señalar que Perseverance no fotografió descargas eléctricas en el cielo de Marte. En cambio, un equipo de investigadores de la Universidad de Toulouse, en Francia, analizó grabaciones tomadas por el micrófono del rover, capaz de registrar datos de sonido e interferencias electromagnéticas.
La actividad eléctrica no solo se produce en la Tierra, sino también en planetas como Saturno y Júpiter, pero hasta ahora no se había demostrado de forma directa en Marte, aunque se había teorizado sobre ella.
En concreto, revisaron 28 horas de grabaciones y detectaron 55 eventos de esa especie, siete de los cuales se catalogaron como concluyentes. Esas capturas identificaron una “firma acústica de un pequeño estallido sónico creado por la descarga eléctrica que calentó y expandió el aire a su alrededor: un diminuto trueno”.
Baptiste Chide, autor principal del estudio, científico planetario del Instituto de Investigación en Astrofísica y Planetología de Francia, señaló que estos eventos "podrían representar un riesgo para el equipo electrónico de las misiones robóticas actuales, e incluso un peligro para los astronautas que algún día exploren el planeta rojo”.
"No detectamos rayos según la definición común. Era una pequeña chispa, quizá de unos pocos milímetros de longitud, no realmente un rayo. Sonaba como una chispa o un chasquido", explicó el coautor Ralph Lorenz.
