La Sala Ginastera será protagonista de varias obras este domingo

A partir de las 17 horas, con entrada libre y gratuita, se podrán disfrutar piezas de Claude Debussy, del argentino Virtú Maragno y de Béla Bartók.

La Orquesta Estable del Teatro Argenitno, dirigida en esta ocasión por Luis Gorelik, ofrecerá un programa constituido por Preludio a la siesta de un fauno de Claude Debussy, Amo de Virtú Maragno y Concierto para orquesta de Béla Bartók.

A partir de las 17 horas del próximo domingo 29 de octubre, se podrán disfrutar obras de Claude Debussy, del argentino Virtú Maragno y de Béla Bartók en la Sala Ginastera del Teatro, ubicado en 51 entre 9 y 10.

Las entradas gratuitas se consiguen por reserva online, y se podrán obtener a partir del jueves 26 de octubre a las 12 horas, a través delenlace https://www.gba.gob.ar­/teatro_ar­gen­tino/programacion.

Además, las personas mayores de 65 años tendrán la opción de reservar tickets de forma presencial, mediante un cupo de entradas destinadas a tal fin, el jueves 26 de octubre, de 12 a 18 horas, acercándose a la boletería del Teatro y presentando su DNI.

Inspirado en los versos homónimos de Mallarmé, el poema sinfónico Preludio a la siesta de un fauno de Claude Debussy (1862-1918) se estrenó en París en el año 1894. Junto a La mar es una de las obras para orquesta más conocidas del padre del impresionismo sonoro. En apenas diez minutos, la pieza evoca de manera muy libre la displicencia con la que un fauno reposa sobre el volcán Etna.

Al inicio hay un célebre tema de flauta, que reaparece con variantes a lo largo de toda la partitura. La obra marcó un hito y significó, para una opinión tan calificada como la de Pierre Boulez, el verdadero inicio de la música moderna.

Por su parte, el argentino Virtú Maragno (1928-2004) compuso Amo en 1978 y se la dedicó a su mujer María Olga. Son evidentes en la partitura las marcas de la trágica situación que atravesaba entonces el país.

El título tiene tres significados: “amar a María Olga”, su compañera de siempre; “amo” en referencia al dictador que se considera amo y señor de la vida de los demás y “amo” en alusión al amor como lo único que puede salvarnos del horror y la destrucción.

En cuanto a aspectos más técnicos, el crítico Diego Fischerman la calificó de obra “magníficamente orquestada que logra abstraer la idea de nacionalismo (musical) de sus rasgos más aparentes”.

El Concierto para orquesta del húngaro Béla Bartók (1881-1945) fue escrito en 1942 cerca de Nueva York. Exiliado en Estados Unidos desde

1940, el artista padeció en esa cultura tan alejada de su país de origen una incomprensión desalentadora. Las estrecheces económicas lo obligaron a aceptar el encargo del director de la Sinfónica de Boston, Sergei Koussevitzki, de crear una pieza orquestal.

El resultado fue una obra de brillante orquestación que sorprende por su energía y vitalidad, pese a ser fruto de un hombre enfermo que moriría tres años después.

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