cultura
La verdadera historia Harry Potter
Una saga de siete libros que se convirtió en un fenómeno literario único a escala mundial gracias al cine y a la explosión de internet.
Es uno de los personajes que más adhesión ha provocado en los niños y adolescentes de todos los tiempos. El reinado de Harry Potter en la imaginación contemporánea no es pacífica, ha provocado disputas con cierto sector de las iglesias, generó enconos literarios e interpretaciones ideológicas de distinto cuño. Los lectores, absorbidos por el vértigo de la lectura, se mantienen ajenos a todo lo que no sea seguir las peripecias de ese mago que se ganó para siempre su corazón.
Harry Potter and the Deathly Hallows fue la última entrega de la saga de ese niño creado por J.K. Rowling. Fueron proverbiales las colas interminables hechas por los fanáticos en muchas de las librerías del mundo entero, con la ansiedad de quien necesita de un artículo de primera necesidad. Se dice que la autora lloró cuando escribió el final, en el hotel Balmoral de Edimburgo, inscribiendo en algún lugar de la habitación: “J.K. Rowling terminó de escribir Harry Potter and the Deathly Hallows aquí, en la habitación 652, el 11 de enero de 2007”.
Harry Potter es una desmentida a una profecía agorera: se acabaron los lectores de libros. Los siete volúmenes escritos por Rowling, son libros muy largos que muy pocos se atreverían a leer digitalmente, libracos que elevan monumentales en la mesa de luz, o que los padres sostienen con dificultad para leerle a sus hijos antes de dormir. Libros que no son para nerd sino que, por el contrario, dejaban como bicho raro a aquel que no tuviera interés en leerlos.
El libro se conoció en librerías en 1997, atestando todas las librerías del mundo y convirtiéndose, paralelamente, en el libro que más y mejor se vendió por internet. Dividió al mundo en dos: los magos, por un lado, y por el otro los muggles, la gente no tocada por la magia. El malo no está dentro del bando contrario de los magos, sino dentro de sus propias filas y tiene nombre concreto: Voldemort. El conflicto se expresa en el enfrentamiento entre el pequeño héroe y la encarnación del mal.
Son libros que los escritores leen con recelo, por su lenguaje reiterativo, el desaliño con que están armadas las frases, y la falta de inventiva literaria. A los lectores todo eso los tiene sin cuidado, están atados como por un hechizo a la lectura del libro. Por su parte, Stephen King, más allá de encontrar numerosos errores de forma, reconoce en Rowling “una imaginación superior”.
A propósito de unas polémicas declaraciones sobre las personas trans, se ha discutido mucho sobre la identidad ideológica de su autora.. J.K. Rowling dice: “En Europa dicen que soy de derecha y en Estados Unidos que soy de izquierda. Yo creo que los que hablan no leyeron los libros. Además, cada lector entiende lo que quiere: la gente que manda a sus chicos a colegios pupilos cree que estoy de su lado y no es así, y los wicca creen que soy bruja y tampoco es así. Mi libro pretende plantear el dilema de elegir entre lo que es fácil y lo que es correcto. Así es como empiezan las tiranías, con la apatía de la gente que va por el camino fácil y después se encuentra en problemas”.
J.K. Rowling difícilmente pueda volver a crear otro personaje que tenga tanto impacto mundial, que entre con tanta fuerza en la imaginación de millones de lectores que probablemente se renueven en las sucesivas generaciones. Quizás ni siquiera lo intente. Las editoriales no pueden tentarla: ha acumulado mucho más dinero del que puede gastar –su fortuna se estima en mil millones de dólares, lo que la coloca entre las 140 personas más ricas del mundo-. La fama la acompañará hasta el último de sus días. Pero no le va a ser fácil, la escritora asegura: “No puedo cerrar todos los cabos sueltos. Estoy lidiando con un nivel tal de obsesión de ciertos fans que no se van a quedar tranquilos hasta saber los segundos nombres de los tatarabuelos de Harry. Harry se acabó. Yo ya hice el duelo”.
