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Oscar Vaudagna presentó Le Corbusier en mi almohada: la historia de Amanda

El autor contó detalles de su primera novela dedicada a uno de los inventores de la arquitectura moderna. Una historia de amor en ocasión de su única visita a la ciudad de La Plata.

Oscar Vaudagna es abogado y docente. Actualmente preside la Escuela de Derecho Municipal “Adolfo Korn Villafañe”. Ayer presentó su primera novela, Le Corbusier en mi almohada: la historia de Amanda, junto al secretario general de la Sociedad Argentina de Escritores, Guillermo Pilía, y el docente y médico Leopoldo Acuña, en el Centro Cultural Islas Malvinas. Una historia en torno al arquitecto franco-suizo que diseñó en La Plata lo que sería su única construcción en América Latina, la Casa Curutchet. Diario Hoy tuvo la posibilidad de conversar con el autor a propósito del lanzamiento del libro.

—¿Quién es Amanda?

—Amanda es el personaje central de la novela, junto con Le Corbusier. Es un deber que van a tener los lectores, porque todos me preguntan si existió o no. En la lectura de la novela van a descubrirlo. Es una historia de amor. Las novelas tienen mucho que ver con el amor, aunque haya otras que traten otros temas. Pero el amor es central en ellas.

—¿Cómo nació la idea de escribir esta historia?

—La idea de escribir esta novela surgió primero como apuntes, algunas notas que yo iba escribiendo y que iban creciendo en la medida que yo pasaba por la casa o por alguna circunstancia laboral iba a desayunar a La Modelo, y ahí en las cercanías de la zona de la casa uno veía a periodistas, ­camarógrafos, visitantes extranjeros que venían a conocer la casa. Esta es la única casa unifamiliar que hizo Le Corbusier en el continente americano. Nada más y nada menos. La presencia continua de personas viendo la casa, sacándole fotos, fue también una motivación. Después, el amor que uno siente por la ciudad. Yo creo que la casa es una muestra de amor hacia la ciudad y hacia el recuerdo y las vivencias que los personajes han tenido.

—¿Cuáles fueron los principales desafíos que te planteó la escritura?

—Es una novela histórica que transcurre en 1929. Le Corbusier está 40 días en Buenos Aires. Había que hacer toda una investigación de cómo eran las relaciones sociales, culturales, políticas, ­afectivas en esa época y cómo estaba la Argentina en 1929, previo al golpe de Estado contra el gobierno de Hipólito Yrigoyen. Con lo cual uno no podía dejar de hacer una investigación sobre esto, porque estamos hablando de la década del 30 y había que ser lo más certero posible con respecto al dato histórico.

“La relación de Le Corbusier con la construcción de la casa no es un simple hecho contractual”

La Casa Curutchet fue declarada de interés provincial y “monumento histórico nacional” en 1987. A propósito del vínculo que mantuvo el arquitecto con La Plata, Vaudagna destacó: “Él conoció el Observatorio, el Museo de Ciencias Naturales. También estuvo en Mar del Plata y San Antonio de Areco, a raíz de lo cual lo llevan a recorrer la vida campestre. Pero él estuvo en La Plata y hay algunos comentarios sobre nuestra ciudad. La relación de Le Corbusier con la construcción de la casa no es un simple hecho contractual de alguien que lo contratan para ­construir una vivienda. Todo lo contrario, es un acto de amor. La casa no está construida en un lote impresionante, sino que es un lote pequeño, de ­formas raras, que tiene una excelente ubicación frente al Bosque. Esa es un poco la relación que Le Corbusier tiene con la ciudad, y después la que cuenta el libro, que tendrán que descubrir los ­lectores”.

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