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Terminar la escuela de grande, el paso para un futuro con oportunidades

En La Plata son muchas las personas que deciden culminar sus estudios varios años después de haber cumplido los 18. Lo toman como una oportunidad en el afán de abrir nuevas puertas gracias a la educación popular.

Volver a la escuela siendo adulto es un desafío que cada vez más platenses adoptan para poder abrir las puertas de un futuro con mayores oportunidades. Muchas veces, también lo hacen para marcar un ejemplo frente a sus hijos o sobrinos, al mostrarles lo valiosa que es la educación.

María Laura tiene 48 años, retomó el 1° año y aseguró a diario Hoy: “Es muy importante poder terminar los estudios porque, más allá de todo, si uno no tiene el estudio secundario no se puede trabajar. Es importante para que lo tengan en cuenta los chicos que a veces quieren dejar para ponerse a trabajar, pero yo los animo a que terminen la escuela”.

“En mi caso, esto es una asignatura pendiente y después quiero seguir una carrera. Estoy muy contenta, es muy lindo, refresca la memoria y es muy accesible. Yo les digo a los chicos que si yo pude, ellos también”, destacó la estudiante.

Desde el sector docente, dar clases para adultos también es un desafío y una carrera muy particular, dado que las historias de vida se conectan y se generan vínculos más fuertes y de fraternidad.

Adriana Stremi es profesora de Historia y Geografía en secundaria, FinEs y contextos de encierro. Le contó a este medio: “Ser docente en educación de adultos es una manera de devolver un poco de lo que recibimos en mi familia. Cuando varios de mis hermanos no habían podido terminar la secundaria, siendo más grandes lograron recibirse a través del FinEs”.

“Cuando comencé a dar clases para adultos sentí que me conectó de una manera especial con cada historia. El compromiso es aún mayor porque veo a las personas como iguales, somos madres, padres, trabajadores con las mismas condiciones de vida y se lo que significa ponerse como meta el estudio para abrir puertas. Es maravilloso ver cuando logran sus objetivos y acompañar cuando se quedan en el camino”, señaló la docente. Y agregó: “Si bien los contenidos curriculares son importantes, también es un factor clave el poder acompañar la autoafirmación para que se sientan protagonistas de su historia y ver que pueden transformar su realidad. Es una herramienta que abre la puerta a nuevos horizontes y sueños, en cada estudiante veo potencialidades. Amo lo que hago, no lo tomo como un trabajo, lo disfruto y me emociono”, subrayó Adriana.

Por otra parte, Javier Abalos, referente de dos sedes de FinEs en Tolosa, marcó a este multimedio que, a lo largo de los seis años de trabajo que lleva allí, pudieron hacer muchas actividades vinculadas a la pedagogía y la terminalidad de la escuela.

“Siempre estamos en un proceso de educación permanente, no es que ellos están fuera de tiempo, sino que son procesos diferentes dependiendo de lo que haya pasado en su vida, son etapas que se posponen nada más. Siempre tratamos de explicar que siempre es tiempo de estudiar, y lo que me gusta de la mayoría de quienes pasaron por acá es que en ese proceso somos un puente, porque varios siguen hacia estudios superiores o para encontrar un mejor trabajo”, marcó Javier.

Por eso, el referente destacó que se trata de un proceso familiar también, sobre todo de parte de las mujeres. “Dar el ejemplo a los más chicos para que terminen la escuela es pensar en el otro, implica que desde el Estado y lo colectivo se puede terminar la escuela; algo que remarcan siempre es que es un camino que no termina, sino que es el comienzo de algo nuevo”, concluyó el docente.

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