Asumieron nuevos ministros en Perú
En un ambiente tenso, el presidente Pedro Castillo les tomó juramento a Richard Tineo Quispe, Wilbert Rozas y Claudia Dávila, quienes se desempeñarán en las carteras de Defensa, Ambiente y de la Mujer, respectivamente .
En medio de una grave crisis política y social marcada por el enfrentamiento del Ejecutivo y el Legislativo, Pedro Castillo, mandatario máximo de Perú, tomó el día de ayer juramento a los nuevos ministros de Defensa, Ambiente y de la Mujer.
El Ministerio de Ambiente, que era liderado por Modesto Montoya, ahora está a cargo de Wilbert Rozas, agrónomo y exparlamentario del Frente Amplio entre 2016 y 2019, donde dirigió la comisión de Pueblos Andinos, Amazónicos, Afroperuano, Ambiente y Ecología.
Con respecto a Defensa, será encabezada por Richard Tineo Quispe, quien se desempeñó hasta el momento como director de Políticas y Regulación en Comunicaciones del Ministerio de Transportes y Comunicaciones. El funcionario saliente, José Gavidia, presentó el miércoles pasado su renuncia al cargo que ocupaba desde febrero de este año y afirmó que su dimisión se debió a “razones personales”.
Por otro lado, en la cartera del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables estará encargada la abogada Claudia Dávila, quien reemplaza a Diana Mirian Miloslavich Tupac. Esta última, durante su gestión, rechazó la propuesta de Perú Libre para cambiar la denominación del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables por el de Familia. Asimismo, cuestionó los últimos escándalos del Congreso, como el caso de Fredy Díaz, denunciado por violación sexual a una trabajadora, y la agresión de María del Carmen Alva contra Isabel Cortez.
Pedro Castillo cumplió el pasado 28 de julio un año en el poder, y además del cerco judicial, sufrió dos intentos de destitución del Congreso unicameral. Desde que asumió, dejando atrás la histórica supremacía del sistema político neoliberal que sumió al país en crisis recurrentes, Castillo enfrentó cinco intentos de destitución por parte de la oposición de derecha y ultraderecha que forman una mayoría en el Congreso, pero sin el número suficiente que exige la Constitución para sacar al presidente.
Los sucesivos planteos de expulsión se sostuvieron hasta el momento en acusaciones de corrupción del entorno del mandatario izquierdista, y también bajo la figura jurídica de “incapacidad moral” para ostentar el cargo. A su vez, Castillo sobrevivió a dos intentos de golpes parlamentarios, a múltiples denuncias de corrupción nunca probadas, e incluso a otra de “traición a la patria”, que tampoco prosperó.
El 11 de este mes, el gobernante afirmó que tras más de un año de gestión no hubo ninguna prueba de corrupción en su contra, y seis días más tarde declaró lo que calificó como una multiplicidad de intentos golpistas por parte de la oposición.