Está próximo a cerrar el controvertido centro de detención impulsado por Trump
El “Alligator Alcatraz” puede llegar a quedar vacío para finales de octubre. El lugar acumula denuncias por condiciones insalubres, demandas ambientales y violaciones del proceso legal de los detenidos.
Construida en un vasto humedal subtropical repleto de caimanes, cocodrilos y pitones, la cárcel para inmigrantes en Everglades, Florida, Estados Unidos, avanza hacia su cierre de operaciones, a más tardar para finales de octubre, tras el dictamen de la jueza del Tribunal Federal de Distrito de Miami, Kathleen Williams. De igual manera, desde el gobierno aseguran que esto no enterrará el empeño del presidente Donald Trump por construir centros de reclusión de duras condiciones para las personas indocumentadas en Estados Unidos.
En las últimas horas, el director ejecutivo de la División de Gestión de Emergencias de Florida, Kevin Guthrie, sostuvo que “probablemente nos quedaremos sin personas en unos pocos días”, insinuando que pronto no habrá necesidad de estos servicios. Ésta es la primera evidencia de que el centro no ha estado operando a su máxima capacidad, siendo esto uno de los argumentos de la jueza para ordenar su cierre.
El proceso de clausura se encuentra en curso tras varias demandas al respecto que van desde índole ambiental hasta prácticas de insalubridad y violación al debido proceso legal para personas detenidas. Y avanza pese a los intentos de la Administración de Donald Trump por impugnar la orden de cierre dictaminada por Williams. En la pasada noche del miércoles, la jueza denegó las solicitudes de pausar su orden de reducir gradualmente las operaciones en el centro de reclusión, al sustentar que no hay razón para mantener el lugar abierto, dado que la población de detenidos ya ha estado disminuyendo en las instalaciones. A su vez, indicó que los objetivos del gobierno federal en materia de control migratorio no se verán frustrados por una pausa en las operaciones allí. Williams también remarcó que los gobiernos estatal y federal no tuvieron en consideración los posibles daños ambientales antes de construir el centro.
Sobre la disminución de la población carcelaria en el lugar, las autoridades del estado de Florida han insistido en que las 2.000 camas en el centro eran necesarias como parte de la ofensiva del presidente Trump contra los inmigrantes no autorizados. De igual manera, el estado se ha negado repetidamente a revelar cuántos detenidos albergaba en el centro, inaugurado a principios de julio en un aeródromo remoto. A mediados de julio, aproximadamente 900 personas se encontraban detenidas allí, según miembros del Congreso que lo visitaron.
