Li Qiang es el nuevo primer ministro de China

La Asamblea Nacional confirmó la designación del alto funcionario, conocido por su lealtad al presidente Xi Jinping y su conocimiento del mundo empresarial.

Considerado uno de los hombres de confianza más cercanos a Xi Jinping, Li Qiang fue nombrado ayer nuevo primer ministro de China, un día después de que el presidente obtuviera un inédito tercer mandato. El antiguo responsable del Partido Comunista en ­Shanghái, que supervisó los dos meses de estricto confinamiento por Covid el año pasado, sucede a Li Keqiang, quien estuvo en el cargo desde 2013, cuando también asumió Xi.

El dirigente de 63 años recibió casi todos los votos de los delegados reunidos en la sesión anual de la Asamblea Popular Nacional (APN), una mera formalidad en el sistema de poder chino. El viernes habían reelegido por unanimidad a Xi para cinco años más como jefe de Estado.

La resolución de Xi designando a Li Qiang como primer ministro se leyó en voz alta en la enorme sala del Gran Palacio del Pueblo de Pekín. Durante la votación, que se saldó con 2.936 sufragios a favor, 3 en contra y 8 abstenciones, Xi y Li mostraron gestos de entendimiento, con intercambios de sonrisas y cortesías.

El primer ministro de China encabeza el Consejo de Estado, cuyas funciones están vinculadas a la gestión cotidiana del país y a la dirección de la política macroeconómica.

Como primer ministro, Li buscará reactivar una economía que aún busca superar la pandemia y enfrenta una débil demanda global de exportaciones, persistentes alzas de aranceles de Estados Unidos, contracción de la fuerza laboral y el envejecimiento de la población. El ascenso de Li parecía peligrar después de su gestión del confinamiento de Shanghái, la ciudad más poblada y centro económico de China, cuyos habitantes tuvieron problemas para acceder a comida y cuidados médicos.

Desde entonces, considerado un pragmático con buenas habilidades de gestión con el mundo empresarial, Li ha estado abriendo las puertas a la élite de negocios, ofreciendo garantías de apoyo al sector privado, en un esfuerzo por persuadir a quienes se mudaron al extranjero durante la pandemia para que regresaran a China. A diferencia de la mayoría de sus antecesores, Li Qiang no dispone de experiencia en el gobierno central, pero ostenta un amplio bagaje en la administración local, al mando de las provincias costeras de Zhejiang y Jiangsu, en el este.

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