Rusia y Ucrania centran la guerra en las regiones recientemente anexadas

Moscú quiere retenerlas y Kiev recuperarlas. Misiles y drones son los protagonistas de las últimas batallas.

Los ejércitos de Ucrania y Rusia enfocaron sus esfuerzos bélicos en un objetivo común: las regiones anexadas que los primeros quieren recuperar y los segundos retener en su poder. Por eso, misiles de largo alcance, drones y campañas terrestres se volvieron protagonistas en las últimas batallas.

Esto es específicamente en la región del sur de Ucrania, donde un ataque con misiles dañó gravemente una instalación energética clave en la región de la capital del país en conflicto. Según denunció el gobierno ucraniano, Rusia cortó la energía y el agua en áreas pobladas remotas.

Las explosiones comenzaron en la tarde de ayer y la gente salió desesperada a buscar refugio. “Si Ucrania se detiene, estos bombardeos y asesinatos continuarán. No podemos rendirnos ante la Federación Rusa”, dijo Dmytro Pocishchuk, un médico de la región de Zaporiyia.

Rusia retrocedió en los momentos en los que las Fuerzas Armadas de Ucrania abrieron su contraofensiva del sur, por lo que volvieron los ataques luego de que denunciara el sabotaje contra el puente de Crimea.

“Putin puede esperar que, al aumentar la miseria del pueblo ucraniano, el presidente Volodímir Zelenski esté más inclinado a negociar un acuerdo que le permita a Rusia retener parte del territorio robado en el este o en Crimea”, dijo Ian Williams, miembro del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, una organización política con sede en Washington. “Una mirada rápida a la historia muestra que el bombardeo estratégico de civiles es una forma ineficaz de lograr un objetivo político”, agregó.

Vale recordar que el presidente ruso dijo que “por el momento” no serían necesarios “nuevos ataques masivos”, aunque sí continuaría con los focalizados.

En la región de Zaporiyia, el gobernador Alexander Starukh dijo que el Ejército ruso llevó a cabo ataques con drones kamikazes de Irán y misiles S-300 de largo alcance. ­Algunos expertos dijeron que el uso de misiles ­tierra-aire puede reflejar la escasez de armas de precisión dedicadas a alcanzar objetivos terrestres.

En tanto, el Ministerio de Defensa de Rusia denunció que unas 11 personas murieron y otras 15 resultaron heridas ayer tras un ataque terrorista en un campo de entrenamiento militar en la región rusa de Bélgorod.

“El 15 de octubre de este año, dos ciudadanos de un país de la CEI (Comunidad de Estados Independientes) cometieron un acto terrorista en el campo de entrenamiento del Distrito Militar Occidental en la provincia de Bélgorod”, señalaron en un comunicado.

Además, especificaron que ocurrió durante una sesión de entrenamiento armado con voluntarios que se preparaban para participar en la operación militar, cuando los terroristas abrieron fuego contra el personal de la unidad.

Estos no fueron los únicos casos: ayer también se incendió un depósito de petróleo tras ser impactado por un proyectil, según informó el gobernador Viacheslav Gladkov; a eso se suma otro ataque contra el puesto de control aduanero en la localidad de Shebékino, donde cayeron 14 proyectiles.

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