Consumo en caída libre: ventas en supermercados y mayoristas en su peor nivel histórico
Según el ministro bonaerense Pablo López, el derrumbe de las ventas minoristas y mayoristas refleja el impacto directo de la apertura económica y el ajuste libertario. El desplome equivale a más de $1,1 billón menos en el mercado interno.
El deterioro del mercado interno quedó nuevamente en evidencia con los datos del primer semestre de 2025. De acuerdo con el informe oficial del Indec, las ventas en autoservicios mayoristas se derrumbaron un 22% en junio respecto al mismo mes del año pasado, alcanzando un nivel mínimo histórico. “Es un absoluto desastre. No hay ninguna perspectiva de recuperación del consumo final”, advirtió el ministro de Economía bonaerense, Pablo López, al analizar la situación.
El golpe no solo se concentra en las operaciones al por mayor. En los supermercados nacionales, las ventas entre enero y julio de este año fueron 8,1% inferiores a las de 2023, lo que representa una contracción de más de $1,1 billón en valores constantes. La comparación de los gráficos oficiales muestra la magnitud de la caída: en 2023 las ventas alcanzaron $13,3 billones, mientras que en 2025 apenas llegaron a $12,2 billones.
Los autoservicios mayoristas, que suelen funcionar como un termómetro del consumo popular y del abastecimiento de comercios de cercanía, también marcan una crisis inédita. Entre 2019 y 2023, el sector se mantuvo en torno a los $2,2 billones en el primer semestre de cada año, con un pico en 2023 de $2,3 billones. Sin embargo, este año la cifra se desplomó a $1,9 billones, quedando por debajo del promedio de la última década.
Para López, la combinación de apertura indiscriminada de importaciones, caída del poder adquisitivo y paralización de la obra pública explica la contracción del mercado. “Las ventas mayoristas caen al compás del consumo minorista. Es un círculo vicioso que comprime la producción y destruye empleo en la Provincia de Buenos Aires”, sostuvo.
La preocupación se extiende también a los shoppings, otro de los indicadores que registra retrocesos marcados en la primera mitad del año. Con salarios reales en baja y un consumo cada vez más retraído, el panorama para el segundo semestre no ofrece signos de mejora.
En el gobierno provincial advierten que la caída del consumo no solo afecta a las familias, sino que golpea directamente a las pymes industriales y comerciales que dependen del movimiento interno. “La reducción de operaciones comprime nuestro mercado interno y pone en riesgo miles de puestos de trabajo”, alertó el ministro, señalando que las medidas nacionales profundizan la recesión.
Mientras tanto, la gestión de Axel Kicillof intenta compensar con programas de alivio fiscal y créditos blandos, pero el derrumbe del consumo masivo refleja que el impacto de las políticas nacionales ya se siente en todos los niveles de la economía cotidiana.
