Corrupción en tiempos libertarios: negocios, coimas y privilegios

El reciente escándalo de coimas en Andis es solo el último de una serie de episodios que revelan entramados de corrupción y enriquecimiento dentro del Gobierno.

El escándalo desatado por los audios de Diego Spagnuolo, titular de la Agencia Nacional de Discapacidad (Andis), marca el último capítulo de una extensa saga de hechos de corrupción que envuelven al Gobierno nacional. Como bien informó diario Hoy en ediciones anteriores, Karina Milei habría recibido hasta 800.000 dólares mensuales en coimas de laboratorios farmacéuticos, mientras que Eduardo “Lule” Menem estaría vinculado al circuito de recaudación ilegal. La filtración de estos audios expone cómo altos funcionarios del oficialismo podían condicionar contratos estatales a través de pagos clandestinos.

Una “promoción” que terminó en estafa

El escándalo en Andis se suma a una serie de hechos de corrupción que golpeó al Gobierno. A principios de año, el proyecto de criptomoneda $LIBRA, promovido públicamente por el presidente Milei, se convirtió en una polémica internacional. Cabe recordar que el activo digital, vinculado al proyecto “Viva La Libertad”, experimentó una subida vertiginosa seguida de un desplome que generó pérdidas exorbitantes. La relación del Presidente con Hayden Davis, creador de $LIBRA, y la promoción estatal de la iniciativa abrieron cuestionamientos sobre responsabilidad y control en la gestión del poder. La operación no solo impactó a inversores sino que consolidó un patrón: la administración libertaria como facilitadora de negocios de alto riesgo con escasa supervisión estatal.

Empresas familiares y contratos millonarios

En paralelo, el entramado empresarial de la familia Menem con el Estado creció exponencialmente. Desde la llegada de Javier Milei al Gobierno, compañías vinculadas a Martín Menem y sus hermanos, como Tech Security y Gentech, facturaron sumas millonarias mediante contratos en seguridad, limpieza y servicios varios. Algunos de estos convenios fueron heredados y multiplicados a través de GPS Group y La Bizantina S.G. S.A. La suma de estas operaciones demuestra cómo la gestión del presidente Milei convirtió organismos estatales en plataformas de enriquecimiento para allegados al Gobierno.

Un Gobierno con doble discurso

El hilo conductor entre estos escándalos es la concentración del poder en familiares y colaboradores cercanos al Gobierno nacional, lo que contrasta con los ajustes y recortes que pesan sobre la población. Desde coimas en laboratorios hasta contratos millonarios de empresas vinculadas a legisladores, el Gobierno libertario reproduce los vicios que prometía erradicar: privilegios para unos pocos, falta de control y exposición al riesgo económico para millones de argentinos.

Así, mientras Javier Milei se jacta de “combatir la casta”, la práctica muestra un esquema donde lo público se privatiza en beneficio de familiares y amigos, dejando en evidencia que el discurso de transparencia y austeridad choca frontalmente con la realidad de negocios opacos y concentraciones de poder sin freno.

En tiempos libertarios, el Gobierno actúa como principal beneficiario de sus propias irregularidades, consolidando un estilo de gestión marcado por impunidad y privilegios reservados a un grupo selecto.

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