El Gobierno vetó la Ley de Financiamiento Universitario

El presidente Javier Milei firmó el veto total a la Ley de Financiamiento Universitario. La decisión fue publicada en el Boletín Oficial.

Este miércoles, el presidente Javier Milei vetó en su totalidad la Ley de Financiamiento Universitario, que garantizaba recursos adicionales para el funcionamiento de las universidades públicas y la recomposición salarial de sus trabajadores. La decisión, oficializada en el Boletín Oficial, encendió la respuesta inmediata de la comunidad universitaria, que prepara paros y movilizaciones en rechazo a lo que consideran un ataque directo a la educación pública.

Entre los argumentos del rechazo a la ley, el Gobierno señala la falta de fuentes de financiamiento adecuadas, el aumento desproporcionado del gasto público sin respaldo, y el riesgo de desequilibrio fiscal y presión inflacionaria. Con el veto, el Ejecutivo refuerza su postura de ajuste y control sobre los recursos públicos.

Vetos en serie y debilidad política

En paralelo, el Gobierno confirmó que también rechazará la emergencia pediátrica en el Hospital Garrahan y la distribución de Adelantos del Tesoro Nacional (ATN) impulsados por los gobernadores.

La jugada del oficialismo llega pocos días después de que el Congreso rechazara el veto presidencial a la emergencia en discapacidad, lo que debilitó la estrategia del Ejecutivo. Ahora, la sostenibilidad de esta nueva ola de vetos aparece como un desafío para un Gobierno que enfrenta un escenario político adverso.

La relación con las provincias

La decisión también tensiona la relación con los gobernadores. En las provincias había expectativa de que el Ejecutivo no frenara el reparto de ATN, una herramienta financiera vital que los 24 distritos reclamaban como propia.

La oficialización de Lisandro Catalán como nuevo ministro del Interior (ver página 2), respondió a una demanda de los mandatarios provinciales, aunque no logró compensar la desilusión por la negativa a liberar los fondos.

Con este marco, la política de vetos se consolida como símbolo del rumbo elegido por el Gobierno libertario. Un ejercicio de poder unilateral que prioriza el ajuste y la confrontación, incluso a riesgo de aislarse políticamente. Lo que Milei presenta como “coherencia” empieza a percibirse como autoritarismo. En ese camino, los vetos ya no son muestra de fortaleza, sino de miedo a gobernar en democracia.

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