El mercado huye y crece el temor a una devaluación tras las elecciones
La imagen de improvisación de Milei y Caputo hace que el temor financiero se meta en la campaña electoral.
El Gobierno intentó renovar $15 billones de deuda pero solo logró refinanciar el 61%, gracias en gran parte a bancos públicos y al Fondo de Garantía, mientras el sector privado se mantuvo al margen. La respuesta oficial fueron medidas de urgencia: suba de encajes, inclusión de más títulos en sellos y una nueva licitación, que solo aumentaron la sensación de caos. Especialistas en la materia advierten que la secuencia evidencia nerviosismo extremo y que crece el riesgo de una devaluación post-electoral. El costo político es inmediato: Milei ve debilitada su narrativa de confianza ante inversores y Caputo queda expuesto como improvisado.
La falta de un rumbo claro en materia fiscal y monetaria alimenta versiones sobre un ajuste cambiario inminente. En este escenario, el oficialismo enfrenta no solo el desafío económico, sino también el riesgo de que la incertidumbre erosione su base política en el tramo final de la campaña, con un electorado cada vez más sensible a los vaivenes del bolsillo.
