La calamitosa situación del campo contada por un agrónomo de La Madrid


Criado en el campo, Marcos Rebollini logró su gran objetivo en 1992 al recibirse de ingeniero agrónomo, que le permitió afianzarse en la faz laboral, casarse y tener tres hijos. Hoy, a los 48 años,  se ve acorralado por lo que considera la peor situación laboral de toda su vida en una situación a la que puso dos palabras: “desesperante y urgente”.

Será uno de los miles del mundo agro que mañana hará un paro nacional.  Atendiendo a diariohoy.net, el presidente de la Sociedad Rural de Coronel Suárez enumeró los problemas con ejemplos que claramente llevaron a denominar la manifestación del 17 de julio “No maten el campo” contra las políticas del gobierno K, dando tres claves para revertir la crisis: “el atrasado cambiario, la suba de los costos y la caída de los precios agrícolas”, indicó

“La mayor dificultad en las empresa agrícolas son similares a las que sufre cualquier empresa en Argentina, que después de tantos años de inflación al 25 y 30 %, vimos subir los costos pero no los ingresos. Solo con tomar los tres últimos años, tenemos 100 % de aumento de costos, mientras que en la parte agropecuaria los cereales cayeron un 35 %, esta combinación no resiste ninguna cuenta y hoy cualquier empresa de cereales está casi cerrada”, comenzó narrando Rebollini.

La convocatoria de mañana
El movimiento al que llaman para este viernes concitará la atención de trabajores rurales, empresarios, transportistas y empleados de comercio. “Convocamos casi a diez sociedades rurales, todas las del sudeste, una zona poco poblada, y por eso nos convocamos todos en un solo lugar (en la rotonda de Pigüe, entre las rutas nacional 33 y provincial 67).

El ingeniero Rebollini advierte que “un martes a la noche hicimos una asamblea local y juntamos a 400 personas, solo con el sector comercial del centro de Suárez”, y de aquel encuentro tomó uno de los ejemplos de la empresa Vulcagraf (ex Gatic) “que hace 2 años tenía 4.200 empleados y hoy tiene 1.800”.

“Lo mas desesperante es la irrealidad de los políticos oficialistas, desde el intendente Moccero (Ricardo, FpV) hablando de pajaritos de colores, mientras todos estamos preocupados por mantener la planta de empleados y a las familias haciendo un esfuerzo de locos. Esperar al 2016, no, el cambio es debe ser drástico”, expresa el empresario rural.

Un par de días antes de esta nota, Coronel Suárez recibía al precandidato a Gobernador Aníbal Fernández. “Un hipócrita, dijo que si ‘subimos nosotros vamos a arreglar las ruta ¡y si ustedes están hace 12 años! Hacelo ahora,  que venís a prometer”, espetó Rebollini.

Trazó una comparación con 2001. “De esa época cuando tuvimos default y asumía Duhalde, ahora estamos casi igual, la diferencia que en 2001 las empresas estábamos más endeudadas, hoy medio endeudados pero con tasas al 35 % y la presión impositiva a todo nivel, Nacional es la máxima, pero la Provincial y Municipal subió muchísima”.

Citó nuevamente el punto de la presión impositiva. “Es el resumen que sacamos desde todos los sectores, para todos es agobiante”, reconoció. “Desde el transporte nos contaron que el 50 % de lo que cobran de fletes se les va en gasoil, 30 % en aportes, y les queda un 20 % para arreglar el camión y vivir”, asegurando que “la ganadería va un poco mas aliviada, aunque también subieron los costos 100 %, pero están muy al límite del resultado económico”.

Cada 10 mil pesos que paga en salario, tiene 6000 de aportes, “una carga, que cuando tenes 25 empleados como tengo yo, es mortal”. Pero Rebollini resiste con su empresa en la que alquila, siembra y presta servicios a otras empresas de la región. Resiste después de un otoño muy lluvioso en el que estuvieron inundados, y caminos cortados. El agua se llevó un puente. Ni el agua se fue ni los arreglaron llegaron. Al menos el frío normalizó un poco la situación, “lo único a favor”, suelta quien resiste a quebrar.

Mañana puede ser mejor, dice un dicho. Mañana será la convocatoria y el presidente de la Rural suarense no sabe si podrá estar, porque la gripe lo metió en la cama. Desde allí dijo todo esto. “Seguramente estoy así por este estrés”, la cuota que primero se paga cuando los de arriba no saben gobernar.

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