Anciano de 80 años mató a su esposa de 78 y lo admitió en una carta

El hecho tuvo lugar en el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Le disparó mientras dormía y luego se descerrajó un tiro con la misma arma.

En el marco de una violenta discusión, un anciano de 80 años mató de un tiro en la cara a su esposa de 78 y, tras dejar una carta admitiendo el femicidio, se suicidó, informaron ayer fuentes policiales y judiciales.

El sangriento suceso tuvo lugar anteayer por la madrugada, en el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, en una casa situada en Villa Gesell. Fue el nieto de ambos quien descubrió los cuerpos al ir hacia la vivienda en horas la mañana. La mujer, Elsa Beatriz Revellio, yacía muerta sobre la cama de una de las habitaciones y el hombre, Alfredo Poggio, sin vida en la matrimonial, ambos con heridas de arma de fuego: ella con un disparo a la altura del ojo izquierdo y él con uno en la sien derecha, mientras que en una de sus manos empuñaba una pistola Bersa calibre 9 milímetros. Efectivos de la comisaría de la zona arribaron al lugar y constataron el hecho, por lo que de inmediato le dieron intervención al fiscal de la causa, Walter Mercuri, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 8 de General Madariaga. Solicitó las correspondientes operaciones de autopsia y así se determinó que se trató de un crimen seguido de suicidio.

Confesión

Esa hipótesis se barajó desde el inicio de la investigación, ya que Poggio había dejado una misiva en la que escribió: “Yo la maté, son las 3.45. Ahora me mató yo”.

Además, le envió un audio de WhatsApp a unos de sus hijos alrededor de esa hora de la madrugada de anteayer en el que le dijo que había asesinado a la madre y se iba a quitar la vida.

“La mujer estaba en la cama de una plaza, aparentemente dormida por la forma en la que estaba ya que tampoco tiene ningún signo de defensa”, precisó un vocero encargado de la pesquisa.

Tras ello, el agresor fue a su cuarto y se disparó con la pistola de la que era legítimo portador.

“Eran de Buenos Aires y tenían muchas propiedades en Villa Gesell, donde pasaban la mayor parte del tiempo. Ante la pandemia prefirieron quedarse en esa ciudad”, añadió el portavoz.

Si bien los allegados admitieron que la pareja tenía una “pésima relación”, los detectives libraron un oficio para determinar si en Capital Federal había denuncias previas por violencia de género, ya que en la localidad balnearia no había ninguna.

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