Estremecedores detalles del doble crimen en Etcheverry
Una de las víctimas de la entradera sufrió tres disparos y fue hospitalizada. Los ladrones fueron abatidos a hachazos y mancuernazos. Uno, ya malherido, intentó escapar pero no llegó lejos.
Se conocieron en las últimas horas nuevos y macabros detalles de la entradera en Etcheverry que acabó con dos delincuentes asesinados y el dueño de la casa herido de tres balazos, mientras que todavía perdura la conmoción por lo sucedido.
Tal como este multimedio informó en su edición anterior, dos ladrones ingresaron alrededor de las 20 del domingo a una vivienda ubicada en el kilómetro 63 de la ruta 2, un sector donde predominan las quintas hortícolas. Dentro del lugar se hallaba una mujer de 47 años y sus tres hijos: dos chicas, de 23 y 17, y un varón de 20.
Este, al escuchar ladrar a los perros, se asomó para ver qué ocurría y fue abordado. Pronto, tanto él como el resto de sus familiares se hallaban maniatados. Amenazándolos con armas de fuego, les exigieron la entrega del dinero que había y de todos los elementos de valor. Parecía un robo más, algo lamentablemente habitual en ese sector de la zona Oeste platense, olvidado por completo por las fuerzas policiales. Pero entonces, todo se descontroló y culminó en un río de sangre y muerte.
Demencial pelea
El sereno del lugar, un chacarero de 48 años cuya función es cuidar la propiedad, se hizo presente para cenar con su familia. Entonces él también fue abordado por los hampones, quienes no se amedrentaron pese a la gran contextura física del recién llegado. “Se trata de un hombre muy corpulento”, le contó a Trama Urbana un vocero.
Cuando iban a maniatarlo, la última de las víctimas se resistió, forcejeó y pronto se vio envuelto en una lucha con uno de los malvivientes. Tanto él como su cómplice abrieron fuego de inmediato y el casero se defendió agarrando una mancuerna, con la que tanto él como su hijo hacen ejercicios de fuerza.
Tres de los tiros dirigidos hacia su humanidad dieron en el blanco y así recibió impactos en la pierna derecha, en la izquierda y en la zona inguinal, pero pese a eso continuó peleando por su vida y la de sus allegados. Con la pesa, golpeó en la cabeza al intruso, que se desplomó y cayó muerto en un sector del inmueble, con la cabeza reventada y sobre un charco de sangre.
Entonces entró en acción su hijo, que logró zafarse de las ataduras y socorrer a su padre. No está claro quién agarró un hacha y la usó, pero lo cierto es que el otro delincuente fue atacado con ella y un enorme tajo en el abdomen, que expuso hasta órganos, lo mató en cuestión de segundos, pese a que intentó escapar y llegó hasta la entrada de la residencia, a la altura del alambrado perimetral. Allí, todavía dentro del parque, se tumbó y falleció.
Trabajos en la escena
El sereno fue trasladado hasta el hospital Alejandro Korn de Melchor Romero, donde fue asistido y se estableció que los tres proyectiles tenían orificio de entrada y salida, y por fortuna su vida no corre peligro.
Los primeros efectivos en llegar a la escena fueron los del Comando de Patrullas y luego aparecieron los detectives del Gabinete de Homicidios de la DDI y peritos de la Policía Científica.
Se incautó un revólver .38 y una pistola 9 milímetros, ambas de los malhechores, además de dinero, dos celulares, el hacha y la mancuerna. La fiscalía penal en turno abrió una causa penal por los delitos de “tentativa de robo seguida de doble homicidio y lesiones”.