La Plata, con el corazón celeste, blanco… y Rojo

La alegría empezó con Lionel Messi, se diluyó con el penal que anotó el nigeriano Victor Moses y volvió para siempre con el golazo del exPincha, Marcos Rojo. Entonces, con el pase a octavos y el alma de nuevo en el cuerpo, La Plata fue un puño apretado, un estrépito de gritos afónicos, revoleo de banderas celestes y blancas. Tal termómetro pudo verse en la Plaza Moreno, donde cientos de platenses siguieron el partido en pantalla gigante, entre la tensión inicial y el desbordante festejo final. Otros tantos se concentraron en la tradicional esquina de 7 y 50: hubo baile, arengas y vuvuzelas; camisetas argentinas, pero también de Estudiantes y Gimnasia, todos cruzados por el sentimiento nacional, con frío, pero con la llama de la esperanza todavía calentando el corazón.

Incidentes

Sin embargo, un hecho amenazó con empañar el clima festivo en 7 y 50: tres hombres, dos de ellos en presunto estado de ebriedad, arrojaron piedras, palos y latas de cerveza a un policía, además de dañar vehículos que circulaban por el lugar. Terminaron detenidos.

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