¡Banega conducción!

Éver apareció para ser el eje del equipo, profundizar, asistir y buscar siempre a Messi. Incluso defendió. Rojo y Messi completaron el podio

Siempre criticado. Incluso, de los que más suele repudiar la gente, ya sea por su juego, displicencia o determinadas actitudes en la cancha. Sin embargo, ayer apareció la mejor versión de Éver Banega, ese al que todos los futbolistas destacan por la técnica, visión y el talento que tiene. Pero lo tenía que demostrar en la cancha. Y lo hizo.

El volante del Sevilla, que está disputando su primer Mundial fue el líder del funcionamiento del equipo; tomó las riendas, manejó los tiempos, siempre jugó para adelante buscando a Messi o la asistencia entre líneas. Argentina, que estaba necesitando velocidad en el mediocampo, o ese “pase profundo”, lo tuvo ayer con Banega, quien es el que mejor entiende a Leo y fue la figura de la cancha.

Primero, el “7” del seleccionado rompió el esquema cuando asistió a La Pulga a los 14 minutos con un pase de 30 metros al pie del capitán. Pero, además, siempre habilitó, como a Di María en una contra que se iba mano a mano cuando fue derrivado. Y en el complemento, Éver la pidió, buscó el toque exacto a un compañero y fue vertical en los minutos finales cuando se lo necesitó. 

Además, el rosarino ocupó espacios, se acopló bien a Mascherano y se tiró al piso para recuperar la pelota, marcar o interrumpir algún avance nigeriano.

Es cierto que llegó “tocado” a Rusia; tuvo una sobrecarga en el gemelo y, pese a sus minutos con Islandia, ayer demostró que puede ser el conductor. La rompió, pero habrá que ver cómo está pensando en el partido del sábado.

En tanto, Marquitos Rojo tuvo un primer tiempo excepcional: ganó de arriba, defendió bien y siempre salió jugando con criterio. En el complemento terminó como volante ofensivo y fue el héroe gracias a su gol.

Por su lado, Messi fue otro factor decisivo: además del tanto, la pidió, se mostró y generó peligro. Y, por sobre todas las cosas, tuvo liderazgo.

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