por gabriel pedrazzi

Los delanteros cuando van a marcar hacen lío, y Carbonero lo hizo con Hauche

El exjugador y goleador de Gimnasia analiza el juego del Lobo que le costó la eliminación de la Copa Argentina.

En el primer tiempo pudimos ver dos equipos con sistemas totalmente diferentes: uno con un equipo que intenta siempre jugar, y el otro (el de Argentinos) que lo venía haciendo, pero que ayer jugó a dividir la pelota. Así y todo, Argentinos fue amplio dominador del encuentro. El equipo de Milito siguió teniendo la posesión de la pelota, pero después de los 15 minutos ya no fue tan protagonista como en el inicio.

A Gimnasia lo complicó por la derecha, cuando entre Cabrera y Carabajal le hacían el “dos y uno” a Melluso, y Moyano jugó siempre muy limpio y solo.

Gimnasia se mostró muy pasivo y estático a la hora de salir. Todo hasta los 30 minutos, cuando Domínguez apareció por la derecha, guapeó la pelota y Ramírez anticipó al arquero y al defensor de Argentinos.

Después del gol creía que Gimnasia iba a tomar el protagonismo, pero no: Argentinos siguió llevando la iniciativa.

Sobre el final del partido, a Gerometta le jugó en contra su inexperiencia al cometer una falta a 60 metros de donde se tiene que parar para jugar: doble amonestación y expulsión.

En la parte final Gimnasia armó una línea de cuatro defensores. Pero la velocidad y la precisión de Argentinos Juniors fue demasiado para que el Lobo pueda aguantar 45 minutos el resultado.

Los delanteros cuando van a marcar hacen lío, y Carbonero lo hizo con Hauche. Argentinos lo dio vuelta con la tenencia de la pelota, el fútbol y el cambio de ritmo que Gimnasia nunca tuvo.

Los cambios de la dupla no resultaron y Alemán entró tarde al partido. Con él en cancha llegó la primera situación y de allí el penal para el descuento del final.

Argentinos hizo mejor las cosas, con una idea, un estilo y con un hombre más.

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