entrevista
Benjamín Ávila: “Somos una de las pocas películas argentinas que se va a estrenar este año”
El director presenta una conmovedora película inspirada en la historia real de Andrea Casamento.
La mujer de la fila, con Natalia Oreiro, cuenta la historia de Andrea, una madre que ve, tras la detención de su hijo, cómo su vida cambia para siempre. Dirigida por Benjamín Ávila, hablamos con él para saber más detalles de una de las películas del año.
—Cuando conociste la historia de Andrea Casamento ¿ya supiste que había una película? ¿Cómo fue un poco el proceso de desarrollo?
—Llegué a la historia por una amiga, abogada de cine y también que trabaja en la Procuración Penitenciaria, Mariana Volpi. Me llega a una charla TED y me dice, ¿te mando? Bueno, dale. Entonces me manda eso, la llamo y le digo, es una historia espectacular. Le digo, ¿te querés juntar con los productores? Bueno, me junto con los productores, que estaban buscando a justamente a alguien que, aparte de ellos, tenían como referencia y pasan de Infancia Clandestina, como son referencias de películas que querían hacer con ese tema. Y entonces nos juntamos. Le hice mi devolución y mi visión sobre la historia. Nos juntamos con Andrea y nos conocimos con Andrea. Y bueno, de ahí a más fue como fluir con ella, que es un sol. A partir de eso, empezamos a laburar con Marcelo Müller, que con él mismo escribí Infancia Clandestina. Empezamos esta aventura de entender qué mirar de esto, qué tomar de esta historia.
—¿Y fue difícil eso? Porque había que encontrarle otros matices también...
—Todas las historias siempre tienen que encontrar un punto de vista y un acotamiento de las cosas. No se pueden contar todas porque es imposible. Entonces, qué comentar, qué temas tocar, y fue un proceso, en realidad, de mucha charla con Marcelo. Fue un laburo de un mes que laburamos mucho tratando de entender por dónde íbamos a ir y después nos sentamos a escribirla. Pero creo que fue la película que más rápido pude encontrar la estructura. Porque pusimos el final de la historia, pusimos donde está ahora. Porque la historia sigue, podríamos haber seguido para ese lado.
—¿Y Natalia apareció enseguida? ¿Cómo fue un poco la llegada?
—Dentro mío sí. Estaba ahí. Pero me acerqué, en realidad, cuando ya teníamos una versión de guión que me parecía que estaba para ser mostrado. Y le dije a Natalia queremos que la hagas vos. Fíjate. Quedó fascinada con la historia. Quedó fascinada también con algo que me dijo, que fue muy lindo. Lo que más me gusta de esta historia es que es una historia que tiene luz. Toda la película es así. Hay algo de eso, sobre todo con el final, que no es que es todo hacia abajo, todo destrucción, sino que es ¡Ah, amor! ¡Ah, la posibilidad de renacer! ¡Ah! Un montón de cosas que traen un poco la historia de Andrea misma. Ella trajo, la verdad que hasta que no lo dijo Nati, yo no lo había visto de esa manera, pero la verdad que Nati a veces tiene esas miradas que son como un poco más globales de las cosas. Me gusta mucho. Y ahí empezamos a profundizar y ya avanzamos ya con la entrada de Nati, fluyó mucho más todavía la posibilidad para los productores. Y llegamos a tal lado.
—¿Cómo te sentís con que la película llegue a las salas?
—Somos una de las pocas películas argentinas que se filmó el año pasado. Somos una de las pocas películas argentinas que se va a estrenar este año. La situación en el año pasado no se entregó, ni se clasificó en ningún proyecto de cine argentino en el Incaa. No se está cumpliendo la ley. Por lo tanto, la verdad que llegar al cine con una película argentina, una película con expectativas fuertes, con una temática fuerte, que viene como a mostrar que se puede hacer las cosas, que pueden seguir haciendo las cosas a pesar de todo eso, me da mucha esperanza.
