los '90

Poliladron, una historia de amor tóxico e intenso

En un repaso histórico por los ciclos, personajes y figuras que marcaron un momento de la TV argentina, diario Hoy recuerda la novela protagonizada por Adrián Suar y Laura Novoa .

Durante los años 90, la productora Pol-ka puso una ficción titulada Poliladron en la pantalla chica, cuyo canal responsable fue El Trece.

Convirtiéndose en un hito de la televisión, este programa fue uno de los cinco más vistos en nuestro país.

Desembarcada en enero de 1995, la historia escrita por Leonardo Bechini y Oscar Tabernisi narra las vicisitudes de Gustavo “El nene” Carrizo, interpretado por Adrián Suar. El personaje, ladrón y estafador, abandona su residencia en España para llegar a estas tierras con el único objetivo de vengar la muerte de su padre. Es por ello que deberá enfrentarse a una banda de narcotraficantes.

Sin embargo, sus planes se ven en aprietos cuando la Policía se interpone en su camino, más precisamente Verónica Vega, interpretada por Laura Novoa. La atracción entre ellos es inmediata y deberán elegir entre los caminos a seguir.

Antes y al final de cada uno de los 144 capítulos emitidos sonaba la canción Me quedo contigo, una obra perteneciente a Los Chunguitos. La entrega llegó a contar con 25 puntos de rating, demostrando una gran aceptación del público, mientras que la crítica concluyó que tenía ciertos clichés y lugares comunes en relación a otras producciones norteamericanas del mismo género policial romántico.

A partir de Poliladron, los rodajes adquirieron una realidad absoluta gracias al fuerte presupuesto de la serie, a lo que se sumaba la excelente relación entre la productora y la señal emisora. Asimismo fueron precursores en el uso de efectos especiales y narrativas fotográficas.

Gracias a la elección de la audiencia, la ficción traspasó la pantalla, estrenándose en formato teatral durante una temporada marplatense en 1995.

En este marco, Poliladron introdujo los famosos resúmenes del tipo “escenas del capítulo anterior” e “imágenes de próximo episodio” para adelantar nuevas narrativas. A su vez, los guionistas elaboraron los libretos a medida que avanzaba la ficción y permitieron los cambios en las historias según las mediciones del rating.

Por último, los créditos que presentaban a los artistas ocupaban una extensión de tiempo considerable mientras que por otro lado, Suar incursionó con la publicidad dentro de la ficción. Es decir, productos de primera línea aparecían en escena, por ejemplo mobiliarios y otros que consumían los artistas.

Esta serie instaló nuevas formas de producción dentro de todas las aristas inherentes a la hora de hacer TV.

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