Entrevista Exclusiva
Puebla: “Nos mueve el deseo”
En una entrevista íntima con este multimedio, Manu Belinche Montequin reflexionó sobre los modos de producción de la banda y presentó el nuevo material.
Jundada en La Plata, Puebla es un proyecto compuesto por tres amigas que compartían la pasión por la música.
Con un recorrido certero en la escena independiente, las buenas muchachas ampliaron este círculo feliz para invitar a otros integrantes y así dar inicio a nuevas aventuras. En este sentido, pusieron manos a la obra y hoy estrenan Chica, una canción e inherente videoclip.
Ahora el grupo está conformado por Majo Tolosa (voz, placas, percusión), Josefina Hernalz Boland (voz, guitarra acústica), Lautaro Zugbi (guitarra eléctrica), Juan Sebastián Alonso (batería), Mauro López Sein (bajo), Loli Vergani (producción general) y Manuela Belinche Montequin (voz, acordeón, sintetizador) . Ella dialogó con este multimedio sobre las bondades del presente.
—¿En qué proyectos están inmersos actualmente?
—Trabajamos en un disco de canciones propias que vamos a ir soltando en cuotas durante los próximos meses. El viernes pasado estrenamos en todas las plataformas el primer adelanto, Chica, una suerte de balada pop con influencias del folk y del indie. El single salió con un videoclip hitchcockeano de guerrilla producido por “El hábito audiovisual”, con dirección de Juana Solassi y está disponible en YouTube. La identidad de la banda tiene mucho que ver con las armonías vocales y los juegos entre nuestras tres voces sobre un fondo que en general es más bien austero y apuesta a “lo poco”. Eso es algo que intentamos respetar porque es el sello Puebla. Pero en estos temas que vienen hay muchas novedades que son resultado de las búsquedas grupales. Antes de encarar cada composición, armamos una play list colaborativa con referencias que vamos aportando entre todos, una especie de mapa sonoro para entender por dónde va a ir la canción. Esa forma de laburar es totalmente nueva y nos copa porque estamos todo el tiempo escuchando música que desconocíamos o a la cual no le habíamos prestado atención antes. Nos mueve el deseo. Este año teníamos previstas varias fechas que tuvimos que suspender por el aislamiento. Ahora que el panorama parece mejorar de a poco estamos empezando a reprogramarlas. Mientras tanto, nos entretenemos con producciones audiovisuales y empezamos a amigarnos con los vivos de Instagram, pero no vemos la hora de volver a tocar para un público de carne y hueso. Más adelante esperamos poder armar también una gira para presentar el disco nuevo en todos lados.
—¿Cuáles son los mensajes detrás del arte que comunican?
—Creemos que el arte construye realidad, aunque eso no significa que todos los temas necesariamente tengan que tener un mensaje decodificable y explícito. Nos gusta producir imágenes poderosas con las canciones y que haya lugar para que la persona que escucha complete el sentido hacia donde le resuene. Si bien en algunas letras partimos de asuntos puntuales que nos movilizan, como la canción que escribimos para las Madres y las Abuelas de Plaza de Mayo por poner un ejemplo, en general nos parece que en la música, igual que en la vida, las cosas no tienen una única lectura posible.
—¿Cuál es la visión que tienen sobre la escena actual?
—No es ninguna novedad decir que La Plata tiene una escena artística muy potente. Acá nacen propuestas innovadoras que se gestan con mucho esfuerzo y pocos recursos. Es enorme la cantidad de músicos locales que admiramos, con muchos tuvimos la oportunidad de compartir y de otros somos simplemente club de fans. Lo que sí nos preocupa bastante es que en este momento tan complicado puedan sostenerse en pie las casas amigas, los espacios de arte y cultura que siempre abrieron sus puertas para dar lugar a proyectos como el nuestro y que la están pasando realmente mal. Son pocos los espacios disponibles para visibilizar todo lo que sucede en la escena platense y creemos que hay que cuidarlos y defenderlos.
—¿En qué se inspiran para sus estéticas y performances?
—Le damos mucha importancia a lo que se ve. Eso es algo central en la identidad del proyecto. Pensamos en detalle el vestuario, las puestas, las fotos y las producciones audiovisuales que acompañan todo lo que suena porque nos parece que ese plano completa la percepción y la escucha. Para darle forma a esas imágenes, muchas veces nos inspiramos en películas, en diseños gráficos o en fotos de artistas que nos interesan.
—¿Qué otras aristas les faltan transitar?
—Hay mucho por recorrer. Queremos afianzar este nuevo formato tocando en vivo, que es algo que hace meses no podemos hacer, y nos gustaría viajar con la música a otras provincias e incluso a otros países para conocer públicos diferentes. Además, estamos embarcados en el trabajo de recuperar materiales que usábamos intuitivamente para componer en los inicios y que con el tiempo fuimos dejando de lado porque nos volcamos a otros intereses y aprendizajes. Ahora nos pusimos como desafío volver sobre esos orígenes desde esta sonoridad más grande y compleja que nos da el sexteto. Estamos en la misión de volver al futuro.
—¿Cómo adhieren a las luchas y conquistas de género?
—Desde un lugar muy humilde creemos que el hecho de haber logrado construir un proyecto craneado, producido, gestionado y sostenido por mujeres en una de las tantas industrias formateadas por códigos profundamente machistas es nuestro aporte, pequeño pero sincero. Sabemos que tenemos la oportunidad de hacer lo que nos gusta y de ocupar lugares en los escenarios gracias a conquistas en las que pusieron el cuerpo muchas otras compañeras. También somos conscientes que la lucha por lograr una verdadera igualdad de género es enorme, que todavía falta mucho y que esa tarea implica esfuerzos cotidianos y revisiones permanentes de lo que pasa a nuestro alrededor. En ese sentido, nos hacemos cargo siempre que tenemos acceso a un micrófono, pensamos juntas, charlamos sobre cómo queremos expresarnos con respecto a algunos temas y tratamos de ser honestas frente a los que nos escuchan con lo que pensamos, con nuestras banderas y nuestros pañuelos.