China intensifica el uso de la lluvia artificial

Debido a las grandes sequías que se registran, los aviones colocan yoduro de plata en las nubes para generar precipitaciones.

Una sequía sin precedentes, la peor en 60 años, está afectando a varias regiones de China que se encuentran alrededor del río Yangtsé, el más largo de Asia. Para hacer frente a esta realidad que atraviesa esta zona del centro del gigante asiático, distintos departamentos meteorológicos de las provincias de Hubei y Hunan están utilizando lo que se conoce como “cazador de nubes”. A grandes rasgos, estos llamados cazadores, que recorren distancias cercanas a los 500 kilómetros, son aviones que disparan hacia el cielo cohetes con sustancias condensadoras como varillas de yoduro de plata para sembrar nubes y provocar lluvias. La decisión de utilizar este tipo de herramientas no es algo nuevo en China; de hecho, es uno de los que más usan esta técnica, dado que ha obtenido algunos resultados positivos en el pasado. Sin ir más lejos, el último 17 de este mes, en la ciudad de Hubei cayó una intensa lluvia que ayudó a aliviar las altas temperaturas.

La “siembra de nubes”, explican los expertos, consiste en inyectar yoduro de plata u otras sustancias en la atmósfera que imitan las partículas que sirven como superficie de condensación y crean las gotas de agua. Una vez que estas son lo suficientemente grandes, la lluvia cae. “No es tan fácil aumentar artificialmente la lluvia, ya que hemos estado listos desde el 19 de julio para disparar el cañón llegado el momento. La mejor lluvia artificial requiere nubes adecuadas en el cielo, con unas capas que tengan un grosor de dos a tres kilómetros”, destacó sobre la técnica el jefe de la oficina meteorológica del condado de Taoyuan, Yu Xiaoyao.

En las últimas dos semanas, las precipitaciones acumuladas en esta región del país fueron de 3,3 milímetros, una disminución interanual de 82,6 milímetros. Por ejemplo, en Hubei, desde el mes de junio cerca de 150.000 personas tienen dificultades para acceder al agua potable y cerca de 400.000 hectáreas de cultivos sufrieron daños por las elevadas temperaturas.

“La sequía en toda la cuenca del río Yangtsé está afectando negativamente la seguridad del agua potable de la población rural y el ganado, y el crecimiento de los cultivos”, destacó sobre esto último a través de un comunicado el Ministerio de Recursos Hídricos. Tal es la gravedad del contexto del calor y la sequía que cientos de fábricas vieron suspendidas sus actividades por el aumento de la demanda de energía, que podría ocasionar importantes cortes del suministro en zonas residenciales. “Necesitamos garantizar un suministro eléctrico seguro para los sectores claves. El gobierno mejorará el apoyo a las políticas y tomará múltiples medidas para ayudar a las plantas de carbón a aliviar las dificultades reales”, comentó el vice primer ministro, Han Zheng, sobre la posible asistencia para así mantener el suministro de electricidad.

El uso de esta técnica forma parte de un programa más que ambicioso que tiene el gobierno chino. Hace tan solo dos años, anunciaron su intención de controlar la climatología en un área de 5,5 millones de kilómetros cuadrados para el año 2025, lo que representaría el 60% del territorio. Sumado a las precipitaciones, buscan también evitar la caída de granizo para que no impacte negativamente en la agricultura. El objetivo final será así ayudar la producción agrícola, prevenir catástrofes y mejorar la situación ante incendios forestales. A pesar de haber oficializado en su momento el proyecto, aún no hay muchas confirmaciones sobre el impacto que esto tendrá a nivel medioambiental, por lo que algunas organizaciones están pidiendo informes para poder tener así información más clara sobre esto y evitar colaborar con el cambio climático.

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