cultura

El milagro de una Navidad durante la Primera Guerra Mundial

El 25 de diciembre de 1914, gracias a la Navidad y al fútbol, los ejércitos enemigos decidieron celebrar una tregua.

La mayoría de los historiadores coinciden en afirmar que a partir de la Primera Guerra Mundial comenzó a derrumbarse la civilización. Los soldados se enfrentaban unos contra otros, sin descanso. Según el historiador inglés Eric Hobsbawm, para los que vivieron y participaron en las guerras mundiales, la Primera fue el episodio más terrible y traumático de sus vidas.

No obstante, el 25 de diciembre de 1914 las tropas británicas y alemanas decidieron darse un respiro. Se declaró un alto al fuego. Por unas horas dejaron de tratarse como enemigos. Intercambiaron, a manera de regalos navideños, el poco tabaco y alcohol que tenían. Y decidieron enfrentarse en un partido de fútbol. Por un momento dejaron de retumbar los cañones y silbar las balas. El sargento británico Bernard Brooks escribió en una carta: “A última hora de la tarde los alemanes se volvieron divertidísimos, cantando y gritándonos. Dijeron en inglés que, si no disparábamos, ellos tampoco lo harían. Encendieron fuegos fuera de su trinchera, se sentaron alrededor y empezaron un concierto”. Se estima en 100.000 los soldados que participaron de la tregua. En un momento dado, apareció una pelota de fútbol. Con los cascos hicieron los arcos. Durante más de una hora, sin árbitro, se demostraron a sí mismos que podían seguir siendo humanos.

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