cultura

Entrevista a Dady Brieva

Se hizo conocido con Midachi, pero a partir de allí inició un camino propio en lo que el humor, la ternura y la militancia cuajan en espectáculos.

"Un grito de corazón”, se llama el espectáculo que Dady Brieva estará presentando en el Teatro Coliseo Podestá, el viernes 19 de septiembre. En ese título están presente dos características inalienables de sus espectáculos: la memoria emotiva y la costumbre de no callarse sus convicciones. Dos características siempre presentes, también, en las entrevistas que se le hacen.

– ¿Contá un poco de qué va "Un grito de corazón"?

– Son monólogos que tienen que ver con una especie de relato que no ha quedado registrado, de formas de contar la historia y de memoria que se va perdiendo. Son espectáculos para reírse, pasarla bien y recordar. No son panfletarios, yo soy un provocador con los títulos nada más.

– Evitás la obviedad.

– En mi época, cuando yo tenía 17 años, se decía que no había que ser obvio en el adoctrinamiento, en la bajada de discurso, que no había que asustar con el avasallamiento ideológico, que había que plantear una discusión, pero no meterte el bombo en el pecho y pegar dos cadenazos.

– No hablás de Perón en tus espectáculos.

– Porque no hay necesidad. Si yo te digo que mi vieja tendía la ropa con unos broches en la boca mientras que se llevaba un fuentón de plástico con una sábana azul a la mitad del patio y agarraba una caña con un alambre para cruzarlo, y lo levantaba y anclaba para tender las sábanas, estoy hablando del peronismo sin decirlo. Si yo te describo cómo llegué a la Facultad también. Yo, por ejemplo, en este espectáculo digo que el agua y la tierra dan barro, y que eso lo sabe mucha gente, pero lo que no sabe la gente es lo que es vivir embarrado cuando vivís en calle de tierra. Y el barro te mantiene alerta, atento, porque el barro en las calles, con la huella del carro, con la zanja y la tabla que le pasa por arriba, es tan irregular que vos no podés dormirte; no es como caminar en un asfalto. Entonces esa irregularidad hace que vos mires en el camino, que te arriesgues a ir por ahí, donde te embarras menos.

– Dijiste que no sos explícitamente político pero al tener toda tu historia puesta es inevitable que se visibilice tu forma de entender la política.

– Sí. No sé mucho de política, yo soy solamente peronista, como decía Leonardo Favio. Cuando yo estudiaba en la Facultad y le hablaba a mi papa de Cooke, me decía: "el peronismo son tres cosas: justicia social y dos más que no me acuerdo". Y eso me quedó. Porque en realidad no es difícil entenderlo y mucho menos realizarlo. A veces se buscan vericuetos intelectuales para que los demás no entiendan.

– ¿Se puede decir que "Un grito de corazón" es un espectáculo autobiográfico o tiene algo de ficcional?

– Los cuentos míos, que los hice en “Dadyman”, “Recuerdo de barrio”, “Mago del Tiempo” y este nuevo espectáculo que, por primera vez, lo llevo a La Plata , son autobiográficos. Mi hermano me dice "Nosotros no teníamos una tía Elvira", y yo le digo que no, pero que tengo que pagar la expensas con lo que trabajo. Hay un poco de ficción y de verdad, ese es el juego.

–Ser cronista de experiencias vividas.

– Cuando yo cuento que debuté a los 14 años, todos asienten en sus butacas, pero también les digo que en esa época se decía: "Llevalo al pibe a debutar". Tu viejo se encargaba subrepticiamente con alguien que tuviera confianza, porque ya era una edad - 14,15 años- donde vos podías definirte sexualmente y no vaya a ser que el hijo sea puto. Qué crueldad, ¿no? Recién cuando cuento todo la gente parece que había pasado de largo que era menor de edad y se van a ese momento, totalmente verdadera y cruel, que pinta en forma categórica el tiempo que hemos vivido.

– ¿Hay música también en el espectáculo?

– Sí, toco instrumentos, repaso algunas partes de la música de los grupos vocales y canto tanguitos. En todos mis espectáculos he terminado con un tango, parafraseando a mi papá cuando se afeitaba y cantaba un tango. Uno era "Sin lágrimas" de Ruben Juarez, otro es "Todo una vida", "Quedemonos aquí", y ahora canto el tema "Solo". Este es un espectáculo distinto, mucho más introspectivo, que tiene que ver conmigo y hablo de lo que es sentirse exiliado.

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