Ciencia

Hallazgo: el cometa más grande de nuestro tiempo está activo

Un telescopio robótico ubicado en Sudáfrica confirma que C/2014 UN271 (Bernardinelli-Bernstein) no es una roca inerte; se trata de un auténtico cometa.

Desde su descubrimiento, el cometa bautizado como C/2014 UN271 (Bernardinelli-Bernstein) ha generado un gran revuelo en la comunidad científica. La roca que se encuentra acercándose hacia el Sol es el cometa más gigantesco que se haya registrado en nuestro tiempo. Los científicos encargados de su hallazgo apuntaron que mide entre 100 y 200 kilómetros de diámetro, que es mil veces más masivo que un cometa normal, y que proviene de la lejana Nube de Oort: una agrupación de 100.000 millones de cuerpos hechos de roca, hielo y polvo. Ahora, un telescopio robótico en Sudáfrica ha revelado que se encuentra activo.

En un principio, no había indicios de actividad. Sin embargo, el telescopio sudafricano (que es parte de Observatorio Las Cumbres, una red global de telescopios de iniciativa privada y sin ánimo de lucro) observó hace unos días la imagen borrosa de una coma en una imagen del cometa. “Como somos un equipo con base en todo el mundo, resultó que era mi tarde, mientras los demás dormían”, dijo Michele Bannister, de la Universidad de Canterbury de Nueva Zelanda. “La primera imagen tenía el cometa oscurecido y mi corazón se hundió. Pero luego, las otras fueron lo suficientemente claras y... ¡Dios, allí estaba, definitivamente un pequeño y hermoso punto borroso!”, agregó.

En efecto, el análisis de las imágenes de LCO mostró una coma borrosa alrededor del objeto, lo que indica que está activo y que de hecho es un cometa, a pesar de que todavía se encuentra a una distancia notable de más de 2.800.000.000 km. A pesar del hallazgo, no se espera que se vuelva brillante a simple vista. Seguirá siendo un objeto telescópico porque su distancia más cercana al Sol seguirá estando más allá de Saturno. Los astrónomos tendrán más de una década para estudiarlo, ya que alcanzará su aproximación más cercana al Sol en enero de 2031.

“Ahora hay una gran cantidad de estudios, como el Zwicky Transient Facility y el próximo Observatorio Vera C. Rubin, que están monitoreando partes del cielo todas las noches”, dijo Tim Lister, científico de LCO. “Estos estudios pueden proporcionar alertas si uno de los cometas cambia de brillo repentinamente; y luego podemos activar los telescopios robóticos de LCO para obtener datos más detallados y una mirada más larga al cometa cambiante, mientras el estudio se mueve hacia otras áreas del cielo. Los telescopios robóticos y el software sofisticado de LCO nos permiten obtener imágenes de un nuevo evento, dentro de los 15 minutos posteriores a una alerta”, aseguró.

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