Julio Ferrer y un retrato de Dios

El periodista platense escribió un libro sobre Diego Armando Maradona, recopilando testimonios de grandes nombres que estuvieron cerca del ídolo.

Julio Ferrer tiene una amplia experiencia como biógrafo, ya que contó la vida de Osvaldo Bayer, Stella Calloni, Gregorio Selser, además de explorar las huellas dejadas por Fidel Castro en la memoria argentina.

Este año publicó un libro, escrito junto a Fernando Signorini, que pretende un acercamiento fundamental a la entretela humana que hay detrás del mito maradoniano. Una obra que reúne las voces dispares de Víctor Hugo Morales, Alejandro Dolina, Claudio Paul Caniggia y “El Pibe” Valderrama, entre muchos otros.

—¿Cómo nació la idea de hacer el libro?
—En septiembre de 2019, mi amigo Fernando Signorini, que fue preparador físico personal de Maradona durante distintas etapas del Diez (Barcelona, Napoli, mundiales México 86, Italia 90, Estados Unidos 94 y Sudáfrica 2010) y una de las personas más importantes en la vida del futbolista, me regaló uno de los momentos más emotivos de mi vida, porque hizo posible que conociera personalmente a Diego en mi ciudad de La Plata, mientras dirigía un entrenamiento de su nuevo club, Gimnasia y Esgrima. Luego de ese encuentro con Diego, conversé con Fernando y le propuse hacer juntos un libro donde distintas voces hablaran de su relación con el Diez en homenaje a sus 60 años de existencia. De esta manera nació D10S. Miradas sobre el mito Maradona.

—¿Qué te propusiste con esta publicación?
—Que en el libro pudieran convivir distintas figuras del mundo que fueron parte de la vida deportiva e íntima de Maradona, desde su etapa como futbolista y también como director técnico. Todos ellos dejaron una semblanza sobre Maradona con algunas anécdotas, pero, además de destacar la belleza inigualable de su fútbol, se centran en el Diego y su calidez humana, el Diego amigo, compañero, el Diego familiero, sensible y apasionado.

—¿Qué es Maradona en tu vida?
—Tengo 44 años y crecí amando a Diego. Su vida deportiva me transporta a los mejores recuerdos de mi existencia: con 10 años, estar con mi viejo, el “Bocha”, y otros amigos, saltando de alegría con el campeonato mundial logrado en México 86; disfrutar también con mi viejo los domingos temprano mirando a Diego en el Napoli hacer magia y lograr una revolución deportiva con los Scudettos y otras copas para el sur pobre de Italia; llorar con amigos cuando vimos sus lágrimas en la final perdida contra Alemania en Italia 90; maldecir por la injusticia cuando le cortaron las piernas en el Mundial de los Estados Unidos del 94. Ahora que Diego pasó a la inmortalidad, una vez más le digo gracias por todo y que este libro busca ser un pequeño y sincero homenaje a su vida toda.

—¿Nos contás anécdotas de la tarea de recolección de anécdotas?
—Una de las tantas anécdotas que puedo destacar es la que me contó Guillermo Blanco, periodista de El Gráfico y exjefe de prensa de Maradona. Uno de los momentos históricos para el fútbol mundial que le tocó vivir fue cuando pudo ­concretar el primer encuentro entre Maradona y Pelé. En aquel verano en Uruguay, a principios del 79, Diego le dijo que uno de sus sueños era conocer a Pelé. Trabajaron mucho en El Gráfico para conseguirlo y, en abril de 1979 –después de un partido entre Argentinos Juniors y Huracán –, subieron a un avión para volar a Río de Janeiro, donde al mediodía siguiente se produjo el encuentro. Fueron su padre, “Don Chitoro”, y su representante, Jorge Cyterszpiler.

Fue una hora memorable, junto al legendario fotógrafo don Ricardo Alfieri, conocido y respetado por Pelé, que había viajado con Blanco para la nota. Lo bueno fue que el encuentro no fue protocolar. Pelé tenía experiencia, tanta que apenas apareció se ganó a todos abrazando a “Don Chitoro” antes que a Diego. En determinado momento, Pelé agarró la guitarra y empezó a cantar. La parte más emotiva fue cuando le tomó las manos a Diego y le empezó a dar consejos. Diego volvió con una pelota y una camiseta de Brasil firmadas por Pelé, y con un reloj que le regaló el dueño de casa.

—¿Algún aspecto del Diego que te haya sorprendido mucho?
—Sacando a Diego del plano futbolístico, otro aspecto que destaco fue su crecimiento y madurez política en defensa de grandes líderes latinoamericanos que devolvieron la dignidad y esperanza por un mañana. También serán recordadas sus batallas contra los magnates y burócratas del fútbol mundial que no toleraban que ese niño surgido de las zonas más pobres de Buenos Aires, convertido en un dios deportivo, desafiara el poder corrupto en defensa de los intereses de los futbolistas.

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