Un cuadro original de Picasso en Argentina

Es un pequeño óleo pintado en 1905 por el genio catalán, que se encuentra en una antigua casona del barrio porteño de Belgrano.

El viernes 23 de julio reabrió sus puertas al público el Museo Casa de Yrurtia, que está en calle O’Higgins 2390 de la Ciudad de Buenos Aires. Allí vivían el escultor Rogelio Yrurtia y la pintora Lía Correa Morales, pareja del artista con cierto protagonismo en la escena cultural de nuestro país en los comienzos del siglo XX. Al morir, dejaron la casa, de unos 1.200 metros cuadrados, y su colección de obras, aproximadamente 12.000 piezas, para que el Estado nacional armara allí un museo.

Hay un cuadro que sobresale entre todos, una auténtica rareza, un pequeño óleo pintado sobre cartón de 46 por 55 centímetros que es, nada menos, un original de Pablo Picasso.

Rue Cortot es el nombre del cuadro, y posiblemente pase inadvertido para los visitantes que no estén avisados, porque no lleva la firma del autor, ni tampoco la fecha en que fue pintado. En la placa de bronce adherida sobre el marco se precisa que el cuadro fue realizado en 1904; vale decir, fue una de las primeras obras de Picasso, que llegó a Buenos Aires ­traída por una historia muy curiosa.

Pablo Picasso tenía por entonces solo 23 años, y no solía firmar sus cuadros, pues no les daba demasiada importancia. Picasso no se creía Picasso. A principios de 1905 hizo una exposición en París, en la Rue Le Peletier, y allí conoció al matrimonio Yrurtia-Morales. Compartieron muchas noches de bohemia parisina. Rogelio Yrurtia estaba fascinado con una de las obras de la exposición.

Volvía una y otra vez a verla, se detenía ante ella largo tiempo, como si esas casas y esa calle que se pierde en el cuadro pertenecieran a un barrio intransferiblemente suyo.

Una vez terminada la exposición, Picasso le entregó el cuadro contra la promesa de Yrurtia de pagárselo no bien pudiera. Al poco tiempo, el artista –arrepentido o necesitado– envió una sentida carta reclamando el pago aunque más no fuera parcial, lo que demuestra que la obra, indudablemente, nació del prodigioso pincel del catalán.

Cuando Picasso alcanzó fama mundial, volvió a encontrarse con Yrurtia, quien le pidió que firmara el cuadro. El artista se negó finalmente a hacerlo y le ofreció recomprarlo. Yrurtia no accedió. No se podía esperar que se pusieran fácilmente de acuerdo un vasco y un catalán.

En septiembre de 1955, Francesco de Ecli Negrini, director de la revista de arte Lyra, tuvo la ocurrencia de entrevistar a Picasso, y para convencerlo le envió algunos números de su revista.

En uno de esos ejemplares había una nota sobre el Museo Casa de Yrurtia, en la que se reproducía una fotografía del óleo Rue Cortot. Picasso, desde el primer momento, le explicó detalladamente al periodista por qué lo había recibido: quería saber si su obra aún estaba en Argentina.

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