La ONU denuncia aumento de crímenes en Myanmar

La Organización de las Naciones Unidas emitió un informe en el que señala un incremento en los crímenes de guerra y actos contra la humanidad por parte de la junta militar en el país asiático.

Mediante un informe anual presentado por el Mecanismo de Investigación Independiente de la ONU para Myanmar, creado por el Consejo de Derechos Humanos en 2018, resaltan las evidencias de ataques generalizados y sistemáticos contra civiles.

En este contexto, el dictamen explicita que “las evidencias indican un dramático aumento de los crímenes de guerra y contra la humanidad, con ataques generalizados y sistemáticos contra civiles”. A pesar de que los investigadores no tuvieron acceso al país, se lograron realizar más de 700 entrevistas y recolectar pruebas documentales, visuales y testimonios.

El objetivo del informe es compartir esta información con fiscales y tribunales para promover la rendición de cuentas por parte de los responsables de estos crímenes. Este atribuye los actos a las fuerzas militares y milicias afiliadas, quienes son acusados de llevar a cabo acciones que se consideran crímenes de guerra. Entre los incidentes documentados, se encuentran bombardeos indiscriminados, destrucción de comunidades, masacres de civiles y prisioneros, torturas y violencia sexual.

La información disponible pone de manifiesto que tanto miembros de las fuerzas de seguridad como grupos armados han estado involucrados en la perpetración de delitos sexuales y de género, que incluyen violaciones y otras formas de violencia sexual, además de delitos contra niños.

Nicholas Koumjian, director del Mecanismo de Investigación Independiente de la ONU, destacó que los crímenes cometidos contra mujeres y niños figuran entre los delitos internacionales más graves, aunque históricamente han sido reportados y no investigados en profundidad. Koumjian enfatizó la importancia de poner fin a la impunidad de los perpetradores de estos actos, subrayando que el mecanismo está recopilando y preservando evidencias para eventualmente asegurar la rendición de cuentas.

Cabe recordar que la historia de Myanmar, en su mayoría budista, ha estado marcada por la presencia de mecanismos militares a lo largo de los años. El último golpe de Estado, ejecutado en febrero del año pasado, utilizó una oleada de disturbios civiles que resultó en la pérdida de más de 2.000 vidas según cifras de la Asociación de Asistencia a Presos Políticos.

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