Bullrich defiende la alianza con EE. UU. y tensiona la política interna

La ministra de Seguridad defendió la subordinación a Washington y descalificó a los gobernadores que cuestionan las políticas del gobierno libertario.

Patricia Bullrich, ministra de Seguridad y candidata a senadora, irrumpió en la agenda de 61° Coloquio de IDEA en Mar del Plata sin invitación formal y convirtió el encuentro empresarial en una tribuna de campaña. Con tono desafiante, defendió la política económica y diplomática de Javier Milei, asegurando que el país “tiene un camino sólido que no va a torcerse”. La frase, repetida como mantra oficial, buscó transmitir confianza, aunque contrastó con la fragilidad de los indicadores sociales y la dependencia creciente del FMI.

Cruce con los gobernadores

La funcionaria aprovechó el escenario para confrontar a los gobernadores que cuestionaron la relación con Washington. La réplica irónica fue para el santafesino Maximiliano Pullaro, quien había advertido sobre la recurrencia al Fondo: “Las provincias cada diez minutos le piden plata al Gobierno nacional”. Más que un argumento, el gesto exhibió la estrategia oficial de desplazar responsabilidades hacia las provincias mientras se consolidan decisiones centralizadas que profundizan la desigualdad territorial.

En su intervención, Bullrich intentó alinear al empresariado llamando a “mantener la confianza” y a creer en transformaciones “ya visibles”. Esa expectativa de resultados inmediatos contrasta con un ajuste que golpea el consumo y agrava la conflictividad social. El Coloquio, lejos de ser un espacio plural, terminó funcionando como caja de resonancia del discurso oficial.

Washington como brújula exclusiva

El otro eje de su exposición fue la exaltación del vínculo con Estados Unidos. Lo definió como “un apoyo inédito” que se traduciría en inversiones y estabilidad fiscal. Sin embargo, omitió que ese respaldo está condicionado a la continuidad del ajuste y a la pérdida de autonomía económica.

El discurso de Bullrich revela la paradoja del oficialismo. Por un lado exige disciplina fiscal interna, mientras por el otro celebra la tutela de una potencia extranjera. En Mar del Plata, la ministra no solo defendió al presidente Milei, también dejó claro que el rumbo elegido no admite disenso.

La escena expuso, en definitiva, un proyecto que reclama sacrificios locales mientras legitima dependencias externas.

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