El cuarto poder al servicio del gobierno de turno

Espionaje y chorros de tinta usados en ciertos diarios para ocupar a la opinión pública con la histórica batalla entre héroes y villanos. Hasta que el video del Banco Provincia dejó en evidencia que los héroes no eran tales, que estaban bien lejos de respetar a la Justicia y solo buscaban anular a las voces disidentes

Si buscamos las características del lawfare veremos que lo que se pretende en este tipo de estratagemas es erosionar el poder de los enemigos políticos, deslegitimarlos y convertirlos en los causantes de todos los males, desacreditarlos, manchar su imagen y arruinar sus carreras.

Los dirigentes sindicales durante la gestión del expresidente Mauricio Macri fueron “demonizados” para evitar que se convirtieran en alternativas de resistencia a las medidas económicas liberales que ponía en marcha el hombre del PRO.

Con solo echar una mirada a las publicaciones de los grandes diarios de tirada nacional (Clarín y La Nación) vemos que el nombre de los sindicalistas opositores al macrismo, como Juan Pablo Medina, Marcelo Balcedo u Omar “Caballo” Suárez , aparecen en centenares de notas escritas y editoriales para cumplir con uno de los tres “frentes” que conforman el lawfare. Como ya vimos en ediciones anteriores, el primero es la complicidad política, el segundo la complicidad judicial, y el tercero y no menos importante es la influencia mediática.

Sin los medios el show de la “lucha contra las mafias” no hubiera sido posible. Claro que no hablamos de todos los medios de comunicación en general, sino de aquellos que operaron con la clara y estratégica in­tención de mostrar a los “villanos” (los gremios) versus los “héroes” (el expresidente Mauricio Macri y la exgobernadora María Eugenia Vidal).

Términos como “extorsión”, “corrupción”, “mafia”, “patotas”, “aprietes”, se hacen presentes en cada una de las notas donde los medios ofician de voceros de aquellos que manejan los hilos de la política y que pretenden instalar oportunamente determinadas historias donde se construye la dicotomía de héroes y villanos, ángeles y demonios.

Sin embargo, y pese a los intentos exagerados incluso de mostrar a los “salvadores de la Nación”, el árbol no pudo tapar el bosque y la aparición de videos de aquella reunión del Banco Provincia en el año 2017 (ver página 3) generó que incluso periodistas como el caso de Hugo Alconada Mon dieran vuelta la ecuación.

De hecho, el propio Alconada escribió en La Nación el 2 de enero de este año: “Espionaje ilegal: las reuniones secretas detrás de la captura del Pata Medina… La difusión de un video con exfuncionarios de María Eugenia Vidal y miembros de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) reveló la existencia de una estrategia planificada contra el sindicalista de la Uocra, acusado de extorsionar a empresarios de la construcción”.

Claro que, a diferencia de centenares de editoriales anteriores y artículos periodísticos, esa nota lejos estuvo de ser tapa.

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