El salario perdió 32% de poder adquisitivo en la era Milei

Un reciente informe de la UBA advierte que, desde diciembre de 2023, los ingresos reales cayeron frente a la inflación.

El último informe del Área de Empleo, Distribución e Instituciones Laborales (EDIL), dependiente del Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP) de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, expone un panorama crítico en el mercado laboral argentino. Según los datos, en junio de 2025 se perdieron 12.200 puestos de trabajo en el empleo asalariado formal del sector privado. Al considerar el total de empleo formal, público, privado y de casas particulares, la caída neta fue de 4.100 puestos.

Empleo en retroceso

El relevamiento, basado en cifras del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA), indica que en junio había alrededor de 10,1 millones de trabajadores asalariados registrados en la seguridad social. El informe advierte que, tras una serie de caídas entre septiembre de 2023 y julio de 2024, y variaciones posteriores, el empleo formal volvió a mostrar retrocesos en abril, mayo y junio de este año.

En términos interanuales, se perdió cerca de 18.000 puestos de trabajo (-0,2%) respecto de junio de 2024, y casi 190.000 (-1,8%) en comparación con noviembre de 2023, mes previo a la asunción de Javier Milei. Estos datos reflejan un deterioro persistente en la capacidad del mercado laboral en un contexto de ajuste económico.

Salarios en mínimos históricos

El retroceso del empleo se combina con un fuerte deterioro del poder adquisitivo. El informe señala que el salario mínimo, vital y móvil se redujo un 0,5% en agosto de 2025, acumulando desde noviembre de 2023 una caída del 32% en términos reales. Aunque en algunos meses se registraron leves alzas, la tendencia general fue descendente. En lo que va del año, la pérdida alcanza el 3,7%.

La magnitud de la contracción salarial es tal que, según la UBA, el nivel de agosto de 2025 se ubica por debajo del registrado en 2001, antes del colapso de la convertibilidad. Asimismo, representa una erosión del 62% respecto del valor máximo alcanzado en septiembre de 2011.

El informe concluye que la combinación de caída del empleo formal y pérdida del poder adquisitivo configura un escenario de precarización creciente. Para los investigadores, se trata de un proceso que no solo compromete la calidad de vida de los trabajadores, sino que también limita la capacidad de recuperación económica en el corto y mediano plazo.

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