Kicillof cuestionó al Gobierno tras el escándalo de los audios
El Gobernador bonaerense cargó contra la administración de Javier Milei, habló de “estafa electoral” y expuso la injerencia de los Menem en el Ejecutivo.
El escándalo por los audios de Karina Milei volvió a sacudir la política nacional. En ese contexto, el Gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, cuestionó al Gobierno nacional y puso el foco en las fracturas internas del oficialismo libertario, desestimando categóricamente la versión de la Casa Rosada sobre una supuesta “megaoperación”.
Kicillof sostuvo que el problema no está en la filtración sino en el contenido de los audios. “Si fuera una operación, los audios serían falsos, y el propio Gobierno ya reconoció que son verdaderos”, señaló. En ese marco, el Gobernador habló de una “estafa electoral” y cargó contra los vínculos de Karina Milei con Eduardo “Lule” Menem, a quienes responsabilizó de manejar la estructura interna del Ejecutivo.
Una interna que desborda al oficialismo
El mandatario provincial no se guardó calificativos para describir al Presidente. “Es un empleado, no es el dueño del circo, es un payaso”, lanzó, y lo acusó de actuar subordinado a los poderosos. “Se le cae la baba, ve un rico y tira espuma por la boca”, ironizó.
Los nuevos audios, presuntamente grabados en una reunión libertaria, muestran a Karina Milei reclamando unidad en medio de la interna. La difusión obligó a un encuentro de urgencia en la Casa Rosada y a un comunicado del vocero Manuel Adorni, quien advirtió que un eventual espionaje contra la hermana del Presidente sería un “escándalo sin precedentes”.
Kicillof desestimó esa hipótesis y señaló la contradicción oficial: “Dudo que haya kirchneristas en una reunión privada de Karina Milei. Lo que se ve es que tienen filtraciones”.
La sombra de los Menem sobre el Gobierno
El gobernador también apuntó contra la influencia de los Menem. “Nos enteramos que está lleno de Menem este Gobierno. Más casta imposible. No era Karina el jefe, eran los Menem el jefe”, afirmó, reforzando la idea de un poder paralelo dentro del Ejecutivo.
El caso ya llegó a la Justicia federal y amenaza con profundizar la crisis del oficialismo, que enfrenta el dilema de explicar lo que no puede explicar: audios cuya autenticidad ya fue reconocida y que exponen, una vez más, la distancia entre el discurso anticasta y la práctica en el poder.
