La SIDE refuerza su poder y crecen las alertas por la transparencia

La nueva estrategia del organismo promete seguridad y soberanía, aunque persisten dudas sobre la transparencia y control democrático.

Tras la designación del nuevo jefe de la SIDE, el Gobierno aprobó una renovada Política de Inteligencia Nacional. El Decreto 864/2025 habilita a la Secretaría a dictar una estrategia que, según afirman, busca consolidar un Estado moderno y seguro. Los lineamientos incluyen enfrentar amenazas globales, proteger recursos estratégicos y fortalecer la presencia internacional de Argentina.

El documento oficial habla de desarrollo científico tecnológico, autonomía en la toma de decisiones y defensa de procesos electorales frente a operaciones de influencia o financiamiento encubierto. También se plantea como prioridad combatir el terrorismo y el crimen organizado. Sin embargo, la amplitud de los objetivos despierta interrogantes sobre el verdadero alcance de la SIDE y el nivel de control institucional que se ejercerá sobre sus acciones.

La promesa de proteger la soberanía y garantizar seguridad convive con la preocupación por la falta de mecanismos claros de supervisión. En un contexto de tensiones políticas y reclamos sociales, la expansión de facultades de inteligencia puede interpretarse como un intento de reforzar el poder central sin garantizar transparencia.

El Gobierno celebra la medida como un avance hacia el futuro, pero la historia reciente advierte que entregar más poder y recursos a los organismos de inteligencia no es un simple gesto. La concentración de información en este tipo de organismos debilita controles institucionales y abre la puerta a prácticas que ponen en jaque las libertades públicas.

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