Elecciones 2015

Rarezas del domingo

La ciudad no habló de fútbol, pero sí de rugby, porque el match de Los Pumas alivió el tránsito y las colas en las escuelas. Amenazó con llover y salió el sol. La dignidad y esperanza de la tercera edad

Que raro está todo, que hay gente que va a votar y de pronto le dicen -en pleno siglo XXI- “¡ya votaron por usted!”, tal como escuchó un señor en la escuela de 11 y 57. 

Raro, tanto como el medioambiente, de un domingo con nubes “candidatas” al agua… hasta que gana el sol tenue, bien benevolente como esas personas de la línea de 80-90 años que caminaban con dificultades físicas pero con el alma aún vigorosa de ideales. Como una dama muy coqueta que fue a sufragar solita al Albert Thomas, y que apenas encontró la mesa asignada, decidió ir por delante sin respetar la fila, siendo el presidente de mesa su voz salvadora: “¡acusa longevidad, 86 años, muchachos!”. Otra más parsimoniosa casi es aplaudida por sus ganas vigentes a los 83, doña Elsa, que llegó a una escuela del barrio La Favela con la hija y el nieto, uno en cada brazo, a pesar de sus achaques de rodillas y caderas.

Entre las 13 y las 15 horas, el match mundialista de Los Pumas (acá lo raro hubiese sido ganarle a Australia) fue un “pulmón” oxigenante para fiscales y presi de mesa, pues a esa hora se pudieron ver hasta fachadas de algunos establecimientos absolutamente “desiertos”. Con tiempo de sobra, los votantes aprovecharon a sacarse fotos con el celular en el cuarto oscuro. 

En esta Argentina más rara que perro verde, “el color” político no faltó a la cita: Stolbizer repartió camisetas con dibujos de margaritas; Massa repartió coloridos termos con su logo, y los de Macri, aparte de la globología, se despacharon con lunchs (sanguches de miga y gaseosa) a sus encargados de mesa, dejando con ganas de picotear a los de otros partidos.

Noticias Relacionadas