Supermercados en crisis: ventas en la Provincia cayeron al nivel más bajo en diez años
En junio, las ventas en supermercados bonaerenses registraron una caída interanual del 3% y se hundieron un 6,6% frente a 2023. El primer semestre cerró con un retroceso acumulado del 7,6% en términos reales.
Las ventas en supermercados de la provincia de Buenos Aires marcaron en junio de 2025 el peor registro para ese mes en los últimos diez años. Según los datos del Ministerio de Economía bonaerense, en comparación con junio de 2024 la caída fue del 3%, mientras que respecto del mismo mes de 2023 la retracción trepó al 6,6%.
El impacto es todavía más profundo en el Conurbano bonaerense, que concentra cerca del 70% de las ventas: allí la contracción interanual fue del 6,6% y del 10,8% en relación con junio de 2023. Estas cifras revelan que el consumo masivo continúa en retroceso, en un contexto económico signado por la pérdida de poder adquisitivo y la fuerte contracción de la demanda.
En el acumulado del primer semestre de 2025, las ventas de supermercados de la Provincia cayeron 7,6% frente al mismo período de 2023, lo que equivale a una pérdida de $326.000 millones a precios constantes de 2025. El deterioro no es homogéneo, sino que golpea con más fuerza a algunos rubros esenciales para los hogares.
El desplome más pronunciado se registra en el sector de bebidas, con un retroceso del 25,9% en dos años. Le siguen los electrónicos y artículos para el hogar, que bajaron un 12,4%, los alimentos preparados y rotisería con una caída del 12%, y el rubro almacén, que retrocedió 11,7%. También se verifican bajas en lácteos (-8,5%) y en artículos de limpieza y perfumería (-3%). Incluso las carnes, uno de los consumos más sensibles de la mesa de los argentinos, se contrajeron un 0,3%.
El ajuste en el consumo refleja las consecuencias del modelo económico impulsado por el Gobierno nacional, que se traduce en una caída sostenida de los ingresos reales y un deterioro de la calidad de vida. Las familias bonaerenses, y en general las de todo el país, enfrentan mayores dificultades para acceder a productos básicos, lo que repercute en la actividad de los supermercados y, en última instancia, en la economía provincial.
El panorama se completa con un deterioro general de la confianza del consumidor y con un escenario inflacionario que, aunque desacelerado en los últimos meses, convive con ingresos que no logran recomponerse. La contracción del consumo masivo, uno de los motores principales de la economía argentina, plantea así un desafío inmediato para la recuperación de la actividad y para la gestión provincial que debe lidiar con las consecuencias sociales de la política nacional de ajuste.
