Uno de cada cinco trabajadores es pobre

Según un informe de la Fundación Mediterránea, 4,5 millones de trabajadores no supera el umbral de pobreza.

Un informe de la Fundación Mediterránea reveló un dato alarmante sobre la situación laboral y social del país: uno de cada cinco trabajadores en Argentina es pobre. El estudio advierte que el deterioro del poder adquisitivo, la inflación persistente y la informalidad laboral profundizan una tendencia que ya lleva varios años y que amenaza con consolidar una “nueva normalidad” de pobreza estructural.

Según el relevamiento, el 21,6% de los ocupados vive en hogares cuyos ingresos no alcanzan para cubrir la canasta básica total, lo que los ubica por debajo de la línea de pobreza. Este número implica un universo de 4,5 millones de personas. “Tener trabajo ya no garantiza escapar de la pobreza”, señala el informe.

El estudio también indica que los trabajadores informales son los más vulnerables: la tasa de pobreza entre los trabajadores independientes no registrados es del 40,5% son pobres, mientras que en los asalariados informales es el 37,5%.

En cuanto al sector registrado, los independientes (monotributistas o autónomos) presentan una tasa de pobreza del 12,3%, y los asalariados formales del 9,7%. Sin embargo, el informe advierte que incluso en el sector registrado los ingresos reales cayeron de manera sostenida: el salario promedio formal perdió más de un 30% de su poder adquisitivo desde 2017.

En esa línea, el documento manifiesta que “estos datos invitan a repensar el vínculo entre crecimiento, empleo y pobreza”. Argentina “necesita generar más puestos de trabajo, pero sobre todo, empleos formales y productivos”, indica el reporte, y recalca que “la creación de empleo en sectores de baja productividad puede mejorar las estadísticas de ocupación, pero no resuelve el núcleo del problema que son los ingresos laborales insuficientes”.

En este contexto, señala que “las políticas activas de empleo, formación técnica y la transición hacia la formalidad cumplen un rol estratégico”. Por último, el documento afirma que “invertir en capacidades y generar incentivos a la contratación formal no solo mejora los ingresos, sino que reduce las brechas de vulnerabilidad” y agregó que “la articulación con el sector privado resulta fundamental para generar empleos en actividades de mayor valor agregado”.

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