Jóvenes en moto y peatones mayores: las víctimas recurrentes de los siniestros viales

Los motociclistas son, por lejos, los más afectados en siniestros viales, que ya son 43 en la región en todo lo que va del año. Informe especial de diario Hoy.

Un relevamiento de los accidentes registrados en la región durante 2025 muestra tendencias claras: los motociclistas jóvenes son los principales protagonistas, seguidos por peatones de edad avanzada. Las zonas más conflictivas se concentran en rutas de acceso y cruces urbanos de alto tránsito.

La estadística de siniestros viales relevada entre enero y agosto refleja con crudeza un patrón que se repite: la moto es el vehículo más involucrado en hechos graves. De las 43 personas registradas como responsables de accidentes, 23 conducían motocicletas. En su mayoría se trata de hombres con edades que oscilan entre los 18 y los 30 años. Este grupo concentra casi el 55% de los casos, lo que confirma la vulnerabilidad de los ciclomotores y la falta de control sobre factores de riesgo como velocidad, maniobras imprudentes y falta de protección adecuada.

El otro grupo que aparece con frecuencia son los peatones, presentes en nueve episodios. Las víctimas a pie se concentran en adultos mayores: desde los 77 hasta los 83 años, lo que sugiere un fuerte impacto del envejecimiento en la capacidad de reacción al circular en calles y rutas. Además, se detectan situaciones repetidas en las que dos o más personas fueron atropelladas en el mismo hecho, como ocurrió en la intersección de 79 y 155 o en la Ruta 2 a la altura del kilómetro 50.

También automovilistas

Los automóviles, aunque con menor proporción, aparecen implicados en ocho casos, mientras que las bicicletas se mencionan en tres oportunidades. En todos los hechos con ciclistas, las edades van de los 56 a los 80 años, lo que refuerza la tendencia de mayor exposición en franjas etarias avanzadas.

En cuanto a la localización, los siniestros se concentran en dos escenarios principales. Por un lado, rutas de gran circulación como la 2, la 36 y la 215, donde los choques suelen involucrar múltiples víctimas o tener consecuencias fatales. Por otro, calles urbanas con alto flujo vehicular —avenidas 60, 520, 122 y 143—, que combinan tránsito pesado con circulación peatonal, un cóctel de riesgo evidente.

La franja etaria también revela un contraste. Entre los motociclistas, predominan jóvenes de entre 18 y 26 años, muchos de ellos en contextos de nocturnidad o fines de semana. En cambio, en peatones y ciclistas, las edades superan los 60 años en la mayoría de los casos. El rango intermedio, de 35 a 50 años, aparece con menor frecuencia y mayormente asociado a conductores de autos.

La fotografía que dejan estas cifras confirma que la siniestralidad vial no es azarosa, sino que responde a patrones repetidos: juventud, motos y velocidad en un extremo; vejez, vulnerabilidad y lentitud en el otro. Dos caras de un mismo problema que sigue costando vidas en calles y rutas de la región.

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