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Se le escapó de las manos…

Floja respuesta de Marchesín en el momento más complicado del partido, cuando se le coló un cabezazo entre las manos como a Pumpido ante Camerún en el Mundial 1990.

Todo el esfuerzo realizado, el arranque a toda orquesta y el entusiasmo que generaba semejante triunfo de visitante se le escurrió de las manos a la Selección Argentina en el último minuto del partido, producto de la inexperiencia en ­partidos calientes de algunos jugadores que ayer no respondieron en un momento clave del largo camino al próximo Mundial.

Argentina, que arrancó ganando y antes de los 10 minutos de juego ya estaba 2 a 0 arriba frente a Colombia, terminó sumando apenas un punto porque nunca supo cómo cerrar el ­partido.
La apatía de Otamendi sobre el final del primer tiempo para no seguir la marca de Mina, que terminó lesionando a Emiliano Martínez, fue la misma que mostraron Marcos Foyth y Agustín Marchesín, cuando las papas quemaban en el tiempo extra del partido.

El exdefensor de Estudiantes quiso salir del fondo trasladando la pelota tras una pelota parada de Colombia, y los volantes del equipo local le terminaron quitando una pelota que se tenía que reventar para el campo adversario: la secuencia siguiente mostró a Borja cabeceando un centro que Marchesín no pudo contener y a todo el banco de suplentes del equipo cafetero metiéndose a festejar en la cancha como si se tratara de la conquista de un campeonato y no de un empate.

Argentina solo puede desequilibrar con Messi, aunque ayer se apoyó y respiró en Giovani Lo Celso. Acuña no fue más que Tagliafico, quien tampoco termina de dar seguridad como lateral por la izquierda.

Además, Montiel demostró que no es lo mismo jugar en River que defender al país y enfrentar a otra Selección, y De Paul jugó uno de los peores partidos en el ciclo de Scaloni.

El equipo sigue invicto, pero dejó escapar una enorme chance de soltarse del pelotón que tiene abajo. Brasil se corta solo en la punta, y la forma en la que le empataron le quita confianza para encarar la Copa América.

Tenía una oportunidad y se le escapó de las manos, como la pelota a Marchesín después del error de Foyth. Peligroso paso en falso.

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