El explorador Curiosity cumplió 3.000 días en Marte
Desde su desembarco en el cráter de Gale, el vehículo de la NASA recogió muestras, resolvió averías y envió imágenes de alta resolución.
Cuando faltan unos pocas semanas para el desembarco de Perseverance, el vehículo llamado Curiosity acaba de cumplir nada menos que tres mil soles (días marcianos) explorando la superficie de Marte.
Además de recoger muestras de suelo y polvo rocoso, durante todo el transcurso de su servicio logró superar varias averías. También envió una gran cantidad de imágenes de alta resolución que representan grandes hallazgos para la ciencia. Como parte de la misión espacial Mars Science Laboratory, Curiosity fue lanzado el 26 de noviembre de 2011 y aterrizó exitosamente en el cráter ecuatorial de Gale, durante la jornada del 6 de agosto de 2012.
En junio de 2018, mientras el planeta rojo atravesaba un período especialmente polvoriento, los científicos de la NASA descargaron un envío de alto impacto.
Allí, entre las fotografías y videos tomadas por el rover, estaba la captura del preciso momento en que Fobos, una de las dos lunas de Marte, pasó frente al sol. Se trata de un evento astronómico que se produce cada dos años marcianos, cerca de los equinoccios estacionarios; un año marciano equivale a 687 en la Tierra. Este registro permite entender las interacciones de las mareas entre Fobos y Marte.
Otro de los hallazgos de Curiosity es la existencia de nubes llamadas “noctilucientes”. Son delgadas formaciones de vapor de agua que durante las épocas más frías del año y alrededor de las cimas altas, permanecen iluminadas aun después de que la puesta del Sol haya ocurrido en la superficie marciana.
Para los habitantes del planeta Tierra, Marte es el planeta rojo. Sin embargo, las 29 excavaciones del Curiosity revelan que los sedimentos tienen una amplia gama de colores: van desde el rojo almagre hasta el azul grisáceo, reflejando los minerales y fluidos que han entrado en contacto con las antiguas rocas.
Una animación hecha de fotos tomadas a lo largo de más de cuatro minutos captó un torbellino de unos cinco metros de ancho y una altura de por lo menos 50 metros. Estos fenómenos, generados por los rayos del sol que calientan el suelo, son conocidos como “vórtices”.