Cultura

Ernest Hemingway, un aventurero en el cine

La obra de este escritor norteamericano estuvo muy ligada al cine, con una gran cantidad de adaptaciones de sus libros, y también varias series y películas que le fueron dedicadas a su vida.

Durante la Primera Guerra Mundial, Ernest Hemingway se ofreció voluntariamente para servir en Italia como un conductor de la ambulancia con la Cruz Roja americana. En junio de 1918, mientras manejaba una cantina móvil distribuyendo chocolate y cigarrillos para soldados, fue herido por el fuego de un mortero austríaco. “Entonces hubo un destello, como cuando se abre la puerta de un alto horno, y un rugido que comenzó blanco y se hizo rojo”, escribió en una carta. Fue una de las muchas vivencias dramáticas que necesitó exorcizar escribiendo. Así nació la primera de sus novelas llevadas al cine: Adiós a las armas, película estrenada en 1932. Gary Cooper y Helen Hayes fueron quienes encarnaron ese romance de un soldado con una enfermera en la Italia de la Primera Guerra Mundial. Con posterioridad se realizó una remake en color, interpretada por Rock Hudson, Alberto Sordi y Jennifer Jone.

En la década siguiente y con Gary Cooper otra vez en el protagónico –esta vez, acompañado por Ingrid Bergman-, se adaptó Por quién doblan las campanas, una película ambientada en el contexto de la Guerra Civil Española, que recibió doce nominaciones al Óscar, aunque solo se alzó con la estatuilla a la mejor actriz secundaria para Katina Paxinou. Hemingway había participado de la Guerra Civil Española, embanderándose abiertamente del lado republicano, ayudándolos materialmente y colaborando en el adiestramiento militar de la tropa.

Humphrey Bogart encarna el personaje que acepta una misión en la resistencia francesa en Tener y no tener, la novela de Hemingway adaptada al cine por William Faulkner, y en la que aparece por primera vez en la pantalla Lauren Bacall.

El texto de Hemingway que tuvo más adaptaciones al cine fue el cuento Los asesinos, llevado por primera vez a la pantalla con las actuaciones de Burt Lancaster –en su debut cinematográfico- y Ava Gardner, con la adaptación de John Huston. Pero también fue adaptado por el ruso Andrei Tarkovski –en su primer cortometraje-, y el norteamericano Don Siegel, quien incluyó en el reparto a Angie Dickinson y Ronald Reagan. 

El Kilimanjaro es una montaña cubierta de nieve de 5.895 metros de altura, es la más alta de África. Su nombre es, en masai, “Ngáje Ngái”, “la Casa de Dios”. Cerca de la cima se encontró el esqueleto seco y helado de un leopardo, y nadie pudo explicarse nunca qué estaba buscando el leopardo por aquellas alturas, donde un hombre agoniza, en uno de los mejores relatos de Ernest Hemingway, llevado al cine con Gregory Peck como protagonista. Estuvo lejos de satisfacer las expectativas de Hemingway, quien dijo que de la película solo le gustó “la actuación de Ava Gardner y de la hiena”.

Quizás las mejores adaptaciones cinematográficas sean las hechas sobre la novela El Viejo y el Mar, tanto la realizada en 1958 –que le valiera una nominación al Óscar a Spencer Tracy-, como la de 1990, versión en la que Anthonny Quinn interpreta ese viejo pescador en batalla encarnizada con un pez espada.

Hemingway escribió un solo guión cinematográfico, porque desconfiaba de la industria de Hollywood: “Tiras tu libro, te tiran el dinero, luego subes a tu coche y sale de ese infierno de la misma manera que entraste”. Pero, en 1937 hizo una excepción, escribió Tierra de España, una película realizada en plena Guerra Civil Española en la que se desempeñó como corresponsal de guerra -junto a Martha Gelhorn, su tercera esposa-. En la película, de 54 minutos, la voz en off, que iba a estar a cargo de Orson Welles, terminó haciéndola el propio Hemingway.

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