Ciencia
La NASA anunció un posible choque con un asteroide para el 2182
Estiman que a partir del 2135 el asteroide Bennu pasará muy cerca de la Tierra, momento en el que podría atravesar por un “ojo de cerradura gravitacional” y colisionar con nuestro planeta, aunque aseguran que las posibilidades de que esto suceda son ínfimas.
Investigadores de la NASA confirmaron que el asteroide Bennu, de 500 metros de diámetro y cuya forma se parece a un dado, pasará muy cerca de la Tierra en septiembre de 2135. De hecho, se prevé que cruzará a la mitad de la distancia de la Luna. Ante este escenario, explicaron que la gravedad de nuestro planeta seguramente logre modificar la trayectoria prevista de la órbita del asteroide, haciendo imposible calcular los pasos que seguirá con exactitud. De esta manera, Bennu vendría en dirección a nuestro planeta hacia el año 2182, pero ya advirtieron que las posibilidades de un choque son extremadamente pequeñas.
Según las estimaciones del estudio realizado, desde ahora y hasta el año 2300, la posibilidad que tiene el asteroide de impactar la Tierra es de 1 entre 1.750, lo que representa un porcentaje del 0,057%, siendo el punto de máximo riesgo el 24 de septiembre del año 2182, con una probabilidad del 0,037%.
El asteroide en cuestión, según informaron, viaja a una velocidad de 100.000 kilómetros por hora, lo que significa que en caso de colisionar el impacto equivaldría a 70.000 bombas atómicas de Hiroshima, creándose así un cráter de más de cinco kilómetros de diámetro.
“Debemos tener en cuenta que la probabilidad de impacto, en general, es realmente baja. Ahora solo tenemos dos ojos de cerradura gravitacional de más de un kilómetro que debemos considerar. Debemos recordar que el riesgo de Bennu como asteroide individual es menor que los riesgos provenientes de los objetos de tamaño similar no descubiertos. Por eso la NASA está haciendo un gran esfuerzo para descubrir más del 90% de los objetos cercanos a la Tierra de más de 140 metros de tamaño”, anunció el líder de la investigación, Davide Farnocchia.
La agencia espacial para realizar estas conclusiones se basó en las observaciones sobre el terreno de Osiris-REx, que orbitó durante dos años el asteroide. Esta sonda logró recolectar 60 gramos de minerales en octubre del año pasado.
“Los primeros tres meses de la investigación detallada de Osiris-REx sobre Bennu nos han recordado de qué trata el descubrimiento: sorpresas, pensar rápido y flexibilidad”, indicó Lori Glaze, directora de Ciencias Planetarias de la NASA. Por otro lado, Lindley Johnson, científico planetario de la Oficina de Coordinación de Defensa Planetaria de la NASA también se refirió sobre esta situación y explicó: “Múltiples impactadores cinéticos podrían desviar a Bennu de una colisión. Eso será factible en un plazo de 50 años. Toda la información proporcionada por Osiris-REx será enormemente valiosa para evaluar las tecnologías de deflexión”.
Ante este panorama, China no quiso quedarse atrás y ya informó que planteó lanzar 23 cohetes para desviar a Bennu en caso de ser necesario, que a la fecha se encuentra a 320 millones de kilómetros de distancia.