Cultura

René Orsi, un intelectual gestado en La Plata

Fue el brazo platense de la Fuerza de Orientación Radical de la Joven Argentina (Forja), a la par de Arturo Jauretche, Raúl Scalabrini Ortiz y Homero Manzi.

Los que lo conocieron a René Orsi afirman que cada mi­nuto de charla con él era una formidable ocasión de conocimiento y aprendizaje. Quizás tuvie­ra algo de zahorí, de personas con el don de descubrir lo oculto, ver más allá de lo evidente. No se dejaba engañar por el discurso dominante, y a lo largo de su vida demostró cuál fue su rasgo esencial: la honestidad intelectual.

Nació el 27 de noviembre de 1919 en la localidad bonaerense de Alberti. A los 12 años, ya perpetrado el golpe de Estado encabezado por Uriburu, René Orsi puso fin a sus estudios primarios. Había aprendido ya los conocimientos rudimentarios dispensados en el primer ciclo escolar, pero también la realidad de su pago le enseñó otras cosas, sobre todo la creciente desigualdad social.

A mediados de los años 30, se inscribió en la Facultad de Derecho de La Plata. En aquel momento, la profesión de abogado era solitaria y no del todo bien vista por las buenas gentes que bañaban sus conciencias en colonias y consignas tranquilizadoras, creyendo así apestar menos. Instalado en una humilde pensión, repartía sus horas entre lecturas ­desordenadas y empleos esporádicos que apenas le permitían cubrir sus gastos de subsistencia.

Su paso por nuestra ciudad sería crucial: desde aquí empezó a contemplar un paisaje más vasto, el del país. Mientras continuaba sus estudios, llegó a sus manos el semanario Señales, en el cual encontraría un artículo firmado por Arturo Jauretche que fue un aldabonazo para su conciencia política. En él se hablaba de un “antiimperialismo concreto”, que poco tenía que ver con las declamaciones de la izquierda dogmática, ni con la doctrinaria liberal predicada por los profesores de la Facultad de Derecho. Reconoció de inmediato que de esa cantera extraería las ideas necesarias para nutrir su pensamiento político, y se incorporó al movimiento de la Fuerza de Orientación Radical de la Joven Argentina (Forja).

Poco tiempo después conocería a Raúl Scalabrini Ortiz y al autor de ese artículo que tanto le había fascinado, Arturo Jauretche. Fue tal el grado de amistad que alcanzaron que el propio Jauretche cuenta que una vez fue a visitar a su amigo a La Plata, y después de matear un largo rato “en una casa de tres patios”, entreverando los temas con su querido Estudiantes de La Plata, Orsi, que en aquel momento estaba terminando su Historia de la disgregación rioplatense, le arrimó materiales indispensables para terminar un libro que don Arturo venía trabajando hacía tiempo, Manual de zonceras argentinas: “Yo estaba caliente cuando empecé a verlos y terminé hirviendo –recuerda Jauretche en su libro–. Puede ser que el lector, que apenas estará tibio, termine por calentarse, porque todo esto parece increíble. Más increíble cuando, como en mi caso, no se cree ni en el soborno ni en la corrupción, sino en esa deformación mental que es la base implícita de civilización y barbarie”.

“El historiador de los historiadores”

Contemporáneamente a la ba­talla ideológica librada desde Forja, Orsi se había convertido en delegado de la Federación Universitaria de La Plata (FULP) y, sobre todo, en un apasionado por la investigación histórica. Varias obras publicadas desde aquella época fueron fiel reflejo de su labor: El ideario de Artigas, Unidad rioplatense, Alem y Roca, James Monroe contra la independencia argentina, entre otros libros que revisaron en profundidad nuestra historia.

René Orsi se radicó definitivamente en La Plata cuando se casó con María Elena Mendoza. Para esa época ya había sido diputado ­provincial y uno de los impulsores en nuestra ciudad de la gesta del 17 de octubre. Su tarea militante –potenciada, además, por su brillante pluma de historiador– jamás opacó su prolífica carrera como camarista federal y magistrado, que lo llevó a formar parte de la Convención Constituyente por Buenos Aires en la reforma de 1949.

Murió el 19 de febrero de 1999 en La Plata, la ciudad que tanto amó y donde cultivó pertinazmente de­seos de profundos cambios. Ese compromiso por la verdad y la defensa de la soberanía nacional hicieron que Fermín Chávez afirmase que, por la rigurosidad de sus investigaciones, René Orsi fue “el historiador de los historiadores”.

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