El empleo privado sufrió una nueva contracción y profundiza la tendencia
La Encuesta de Indicadores Laborales reveló una nueva caída en el trabajo privado, junto a un fuerte aumento de las desvinculaciones y suspensiones.
Según la Encuesta de Indicadores Laborales (EIL) del Ministerio de Capital Humano, el empleo privado registrado volvió a caer en julio y dejó un dato preocupante, la tasa de despidos alcanzó el valor más alto para ese mes desde 2016. La contracción fue del 0,2% mensual e interanual en empresas de más de 10 trabajadores, tanto en la provincia de Buenos Aires como en el interior del país.
De acuerdo al estudio, los sectores más golpeados fueron la construcción y los servicios financieros, con caídas de 0,5%. También retrocedieron transporte, comercio, restaurantes y hoteles. En contraparte, la industria logró sostenerse, pero sin mostrar crecimiento.
Despidos y suspensiones en alza
El informe advierte que la tasa de salida trepó a 2%, mientras que las contrataciones se mantuvieron en 1,8%. Es decir, la reducción del empleo se explica por el incremento de las bajas. Los despidos incausados fueron de 0,6 cada 100 trabajadores, el nivel más alto del año y el más elevado desde 2016.
Las suspensiones también crecieron, llegando a 0,4 cada 100 trabajadores y alcanzando al 6% de las empresas, un nivel superior al de los últimos tres julios.
Salarios que no alcanzan
Por su parte, el Gobierno intentó poner el foco en los ingresos. La remuneración nominal bruta promedio fue de $2.380.439 en junio, con un alza interanual de 46,2%, mientras que la mediana se ubicó en $1.876.003, un 49% más que en 2024. Desde la Casa Rosada remarcaron que el salario real creció por segundo mes consecutivo, con un repunte acumulado del 1,8% entre junio y julio.
Sin embargo, esa tenue mejora se da en un mercado laboral cada vez más frágil, donde los trabajadores deben elegir entre salarios que apenas recuperan terreno o la amenaza de perder el empleo.
El Gobierno celebra “brotes verdes” en los sueldos mientras los despidos baten récords y las suspensiones se multiplican. La incertidumbre se instala como regla, y cada mes sin soluciones aumenta la fragilidad de millones de hogares.
Este escenario laboral deja un claro mensaje: en la Argentina de Milei, no perder frente a la inflación es un privilegio, y conservar el trabajo, un lujo.
