Relación partida

Las secuelas del clásico se fueron incrementando con el correr de las horas, y la relación institucional entre Gimnasia y Estudiantes no es la misma. Pases de facturas, cruce de mensajes y reproches entre directivos de ambos clubes por las decisiones que se tomaron el lunes.

Las horas posteriores al clásico del último domingo definieron gran parte de las relaciones institucionales entre los dos clubes más representativos de la región. Ambas dirigencias se distanciaron fuertemente por las decisiones que se tomaron en función de algunas esquirlas que derivaron del resultado.

Entre el domingo a la noche y la mañana del lunes, representantes de los gobiernos que hoy encabezan Gabriel Pellegrino en el Lobo y Martín Gorostegui en Estudiantes intercambiaron mensajes y trataron bajar los decibeles. En tal sentido, habría sido el propio Pascual Caiella junto a otro empleado jerárquico del Pincha los que habrían tomado contacto con sus pares del Lobo para llegar a un entendimiento sobre los pasos a seguir después de las fuertes declaraciones del delantero Leandro Díaz, insultando el comportamiento de los hinchas de Gimnasia en el partido.

Incluso, según pudo saberse, dentro del Departamento de Fútbol albirrojo se vio muy decidido a Agustín Alayes para impulsar unas disculpas públicas por parte del jugador, con el propósito (al igual que Verón y Gorostegui) de bajar los decibeles y mantener una línea de conducta que se inició después de los incidentes del clásico del 2015 en el verano, cuando hubo jugadores del Pincha que recibieron una sanción interna del club por tomarse a golpes de puño y realizaron charlas de concientización y presentaciones en comedores comunitarios.

Por lo que pudo saber este diario, en Estudiantes confiaban en la palabra y el acuerdo implícito que establecía los términos de una disculpa pública por parte del delantero, pero no esperaban la denuncia penal contra Díaz. En ese momento la tensión volvió a reinar en la relación entre los dirigentes de ambos clubes, y durante la noche del lunes varios directivos como Luis Álvarez Gélvez postearon el mismo video que horas antes había subido el vicepresidente Sebastián Verón, en donde se veía al actual presidente de Gimnasia y otros directivos gritarle “cagón” por entender que en un partido de fútbol del Mundial 2002 el equipo de la Selección terminó perdiendo con Inglaterra.

“Esto se arreglaba con un pedido de disculpas, pero la quisieron seguir”, reveló una fuente de Estudiantes, quien de todos maneras consideró que lo mejor que puede pasar es que pasen los días y dejar que todo se calme.

En Gimnasia, en tanto, directivos como Ricardo Salas o Daniel Giraud se mostraron a favor de bajar los decibeles y fueron claves para que la delegación de Estudiantes no tenga ningún inconveniente el domingo en el estadio del Bosque, cuando cerca de 50 personas (la mayoría dirigentes) se acercaron a ver el partido.

Pascual Caiella y Gabriel Pellegrino, como representantes de los clubes de La Plata en la AFA, se volverán a ver las caras en calle Viamonte, y ante las autoridades del fútbol argentino no podrán disimular las diferencias que hace exactamente un año habían quedado en un segundo plano, cuando el fallecimiento de Maradona primero y Sabella después había unido a los dos clubes en el respeto y las condolencias.

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